Alejandro Arestegui dirige a los intérpretes Antonio Romero, María Zabala, Ana Lucas y Manu Hernández en una comedia poética sobre el poder del lenguaje
El bar prodigioso, cuya banda sonora está compuesta por versiones rockeras de Las cuatro estaciones de Vivaldi, podrá verse en Madrid del 25 de agosto al 24 de septiembre
Para el director Alejandro Arestegui, “en El bar prodigioso, el poder del lenguaje lo envuelve todo con tanta fuerza que produce un tsunami poético de tales dimensiones que no sabes si reír o echarte a recitar versos por la calle. Es una historia sobre las relaciones (de pareja, de amigos, de trabajo) y sobre cómo el paso del tiempo provoca un inevitable -y prodigioso- deterioro de las afinidades personales. Nuestro bar se convierte en testigo de excepción de cuatro personajes que van cuesta abajo y sin freno. Solo su capacidad de amar podrá amortiguar el estropicio emocional al que se ven abocados”.
El bar prodigioso es, ante todo, una comedia de personajes. Sophie es una artista en permanente busca de la belleza, la armonía y la poesía en la vida. Está convencida de que la forma y el fondo son lo mismo. Desde hace un tiempo, se expresa a través de grupos de cuatro palabras aparentemente inconexas. Es casi como expresarse en verso. Asegura que le sale sin querer. Por su parte, Clara es una chica que por amor abandonó sus estudios y ahora sobrevive a base de trabajos precarios. Es transparente, arrolladora y directa. Mientras, Bernardo lo ha perdido todo. No tiene casa, no tiene dinero, no tiene trabajo, no tiene pareja, no tiene familia… Pero hay algo que Bernardo sí tiene: está enfermo de amor. Se enamora de todo y de todas las personas con las que se cruza. Es un verdadero peligro público. Sentado en la terraza del bar prodigioso, se encuentra frente a su querido y viejo amigo Antonio, que lo tiene todo. Esta asimetría entre ambos marca la historia vital del espectáculo.
Sinopsis
Antonio lo tiene todo: un buen trabajo, una buena esposa, una buena casa. Bernardo es su mejor amigo. No tiene nada. Ahora Bernardo se ha enamorado de Sophie, la mujer de Antonio. Por lo visto, es algo imparable. Sophie es artista. Atraviesa una crisis creativa y habla “raro”. Clara es la camarera del bar al que suelen acudir los tres. Tuvo ataques de ira en el pasado. Ahora lo tiene controlado. Más o menos. En esta historia, nada es lo que parece a primera vista. Estamos en primavera, en un bar en medio de un parque. Uno de esos lugares donde ocurren cosas prodigiosas: declaraciones de amor y amistad, desmayos, besos indefinidos, contratos indefinidos, poesía callejera… Ah, durante esta función se van a pronunciar exactamente doce mil trescientas veintitrés palabras. No es lo más importante, pero conviene no olvidarlo.
En primera persona
En palabras del autor Roberto Santiago, “empecé a escribir esta historia gracias al impulso de mi maestro José Sanchís Sinisterra. Un sabio. Y un hombre bueno. Me dijo: Roberto, no escribas sobre las relaciones de pareja. Le hice caso, como siempre. Empecé la obra con un tema central: el poder de las palabras, del lenguaje, en estos tiempos extraños en los que cualquiera puede decir una barbaridad sin pruebas y, sin embargo, alcanzar una prodigiosa notoriedad. Poco a poco, los personajes se fueron apoderando del texto. Como ocurre siempre. Como me decía otro de mis maestros: Juan José Millás. Y también les hice caso, claro. El amor indefinido y los contratos de pareja. O al revés. De eso habla El bar prodigioso. De lo que somos. De lo que fuimos. Y de lo que seremos. Escribir comedia es algo muy serio, ya lo sabemos. Disfruten ustedes de este juego pervertido y luminoso”.
Sobre el autor
Roberto Santiago es novelista, dramaturgo y guionista. En el ámbito teatral ha sido galardonado con diversos premios, como el Enrique Llovet por su primera obra Share 38, el Telón de Teatro por la adaptación de El otro lado de la cama, o el Premio de la Casa encendida por El lunar de Lady Chatterley. Ha estrenado sus textos en el Teatro Español, La Latina, el Marquina, el Lara, el Alfil e infinidad de escenarios de España y Latinoamérica.
En el mundo audiovisual, estuvo nominado al Goya al Mejor Guion por El penalti más largo del mundo. Ha escrito y dirigido diversas películas y series, la última de las cuales ha sido Ana Tramel. El Juego para TVE. En novela, ha ganado el Premio Internacional Edebè, el Barco de Vapor, y ha sido distinguido recientemente con el Premio Cervantes Chico 2021 por su contribución a difundir la literatura entre los jóvenes y niños. Su colección Los Futbolísimos ha vendido millones de ejemplares y ha sido traducida a más de quince idiomas.