Una comedia dramática que cuestiona los estigmas existentes en torno a la realidad carcelaria y que está inspirada en casos reales a partir de la experiencia de la autora y directora como voluntaria en un módulo penitenciario
Un reparto encabezado por Manolo Caro y Nuria Mencía nos conduce entre la risa y la emoción por historias de vida que reflejan el lado humano y no institucional de la cárcel
Además de su tono a medio camino entre la comedia y el drama, la obra ofrece un juego metateatral que sitúa al teatro como poderosa herramienta capaz de derribar muros, generar cohesión, trabajo en equipo “y sobre todo, regalar espacios de libertad”, según la autora y directora.
Pese a ser ficción, las historias que acontecen en El cuaderno de Pitágoras están inspiradas en hechos reales a partir de la experiencia de Carolina África como voluntaria docente de teatro en un módulo penitenciario y de su profundización mediante entrevistas con familiares y colaboradores de distintos colectivos que trabajan en diferentes cárceles.
El resultado es una comedia dramática en la que asistimos a los ensayos de teatro de un grupo de reclusos, una historia que se intercalará con otras: la lucha por volver a construir una vida digna en libertad y el esfuerzo por sacar adelante a las familias en circunstancias especialmente complejas y dolorosas.
Derribar prejuicios, emocionar y divertir
Desde una mirada fragmentada, íntima, desprejuiciada y por momentos muy divertida, el espectador accederá a varias tramas dentro y fuera de los muros de una prisión. La autora y directora de esta pieza, que escribió en el marco del VII Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación SGAE 2018-2019, señala que, tras vivir una experiencia “transformadora” como partícipe de estas actividades de voluntariado, quería “trasladar al público ese acceso a la vida interior de las cárceles y también deconstruir el cliché que acostumbramos a ver en la ficción”. La pieza confronta al público con los estigmas sociales y prejuicios que a menudo acompañan a todos aquellos que cumplen o han cumplido una condena, que en el caso de las mujeres se vive de forma más acentuada si cabe (apenas son el 7% y el sistema penitenciario no está constituido pensando en ellas). Es por ello que la autora también ha querido ofrecer una visión sobre las mujeres reclusas y la experiencia de la maternidad en la cárcel. El de las presas y presos es “un colectivo muy abandonado”, añade Carolina África, “más triste que peligroso, y sin una estructura sólida que de verdad lo oriente a una reinserción real”.
Así, según África, “el espectador verá plasmado un colectivo que no suele estar habituado a ver y con el que comparte más semejanzas que diferencias”. “Veremos seres humanos -que a veces se nos olvida por muy obvio que parezca-, con sus emociones y sus circunstancias, sin entrar a juzgarlas”. La fundadora de la compañía La Belloch Teatro nos plantea un viaje que nos llevará de la risa a la emoción a través de un ejercicio de empatía y un universo conformado por una treintena de personajes a los que da vida un elenco integrado por: Manolo Caro, Emmanuel Cea, Gledys Ibarra, Helena Lanza, Ascen López, Jorge Mayor, Nuria Mencía, Pepe Sevilla y Victoria Teijeiro.
El cuaderno de Pitágoras es una de las producciones del Centro Dramático Nacional que esta temporada salen de gira tras su exhibición en Madrid. La obra se podrá ver a partir de finales de febrero en ciudades como Cuenca, A Coruña, Zaragoza, Vitoria o Palma de Mallorca.
Además, una Carta Blanca invita a profundizar en la temática del montaje. El 1 de febrero Carolina África compartirá una charla abierta al público que ha llamado “El voluntariado en la cárcel. Espacio de libertad, dignidad y esperanza (la reinserción es un trabajo de todos)”, en la que ha invitado a participar a representantes de asociaciones de voluntarios que trabajan en las cárceles, entre ellos del Proyecto LÓVA (La Ópera como Vehículo de Aprendizaje), que fue su toma de contacto con el mundo penitenciario.
El cuaderno de Pitágoras se estrena el martes 18 de enero en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, donde estará hasta el domingo 20 de febrero.