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El #Dramático estrena «Primera sangre», la nueva obra de María Velasco

Imagen de una escena de "Primera sangre"

Imagen de una escena de "Primera sangre"

El Centro #Dramático Nacional estrena el 26 de abril Primera sangre, la nueva obra escrita y dirigida por María Velasco. A medio camino entre el memorial y el documento, el thriller y el cuento de fantasmas, la autoficción galardonada con el XXXI Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela obliga a la reflexión en torno a los abusos sobre la infancia que se escriben en el cuerpo de las mujeres. El montaje, coproducción del Centro #Dramático Nacional, el Teatro Nacional de Catalunya y Pecado de Hybris, se representará en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán hasta el 2 de junio.

Primera sangre invoca a una niña secuestrada y asesinada en los noventa, cuyo caso fue sobreseído sin que se hallara al culpable. “Todos recordarán, en los noventa, especialmente quienes éramos jóvenes, el crimen de Alcàsser. Este fue el más mediático, pero hubo otros muchos, lo que fomentó una cultura de la violación que continúa a día de hoy. Primera sangre parte del caso que yo tuve más cerca, en mi ciudad de nacimiento, a los 6 años”, destaca la autora y directora María Velasco.

En el montaje Laura reaparece como fantasía o fantasma para interpelar a las vecinas de su edad (redefinir su relación con el peligro y la libertad sexual) y para avivar la conciencia del policía encargado del caso.

En las palabras de María Velasco, “hay detalles sobre el caso que llaman la atención sobre la cultura de la violación, pero sobre todo el retorno como fantasía o fantasma de la víctima para revolver las conciencias”.  

Confiesa que el montaje es el “baile de un duelo diferido por todas las menores asesinadas en los noventa y por las niñas que salían a la calle pidiendo perdón, con la sensación de que el espacio público no era suyo”.

El elenco está conformado por María Cerezuela, Valèria Sorolla, Javiera Paz, Vidda Priego y Francisco Reyes.

Una puesta en escena inspirada en los noventa

La escenografía está firmada por Blanca Añón y la iluminación es de Marc Gonzalo. Esta puesta en escena recuerda a la época de los noventa, “en la que todo estaba en obras, todo se higienizaba”, comenta María Velasco. Además, alude a una exhumación: “exhumamos a las víctimas de la violencia de género, víctimas de un tipo de terrorismo, para que no se olviden”, explica Velasco.

La coreografía y el movimiento en escena de Joaquín Abella juegan un papel importante en la puesta en escena y junto a la música elegida por la directora contribuye a la creación de un ambiente espectral: “El teatro siempre ha tenido en cuenta al fantasma (como parte de la fantasía). En esta puesta en escena hacemos visible lo patente: las presencias ausentes”, destaca la autora. Esta faceta del montaje se potencia con las esculturas de Enrique Marty, uno de los artistas plásticos con mayor repercusión en el panorama internacional.

Primera sangre se representa en la Sala Francisco Nieva, del Teatro Valle-Inclán, entre el 26 de abril y el 2 de junio.

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