Tania Brenlle inició el acto agradeciendo, como siempre, la presencia de los medios y confesando la ilusión que siente pudiendo programar, dos años después de su estreno, un espectáculo que, además de su inequívoco interés artístico, está protagonizado por una persona con la que comparte una amistad como es Pepe Zapata.
“Fui a ver un ensayo y me pareció un ejercicio muy honesto, construido desde la verdad. Es una producción que lleva ya más de 80 representaciones y auguramos que le quedan muchísimas más. Creo que es un espectáculo muy necesario y que, más que nunca, debemos trabajar para proteger y mantener viva la memoria histórica.”
Pepe Zapata, ideólogo del espectáculo y el actor que interpreta al personaje principal en este monólogo crudo y visceral sobre la memoria histórica, explicó cómo surgió la idea una obra como ésta. Según Zapata, el proyecto nace de las ganas de llevar a escena una obra sobre testigos reales de héroes anónimos, de gente que había visto la guerra civil y la posguerra. El enterrador, a medio camino entre la ficción teatral y el teatro documental, parte de la figura real de Leoncio Badía, llamado el enterrador de Paterna, quien, después de la Guerra Civil, para sobrevivir, tuvo que aceptar el trabajo de enterrador en su pueblo natal.
Más allá de la perspectiva trágica de sus circunstancias personales y de la crudeza de su desagradecida labor (se cree que, en 4 años, enterró a cerca de 2.500 fusilados, entre los que se contaban conocidos y amigos), aspecto que más golpeó y emocionó a Zapata fue cómo Badia se esforzó, clandestinamente, por poner nombre a todos aquellos cadáveres que habrían quedado en el anonimato de no ser por él: “Creó un sistema para identificarlos a todos. Los lavaba, los ponía bien, guardaba objetos, pelo, apuntaba su nombre en un papelito… pensando que sirviera para su identificación. De noche, se estableció una red secreta de mujeres, madres, hermanas e hijas de los ajusticiados que se encomendaban al enterrador para que les dije dónde estaba su familiar.”
Pepe Zapata también explicó que, tanto para Gerard Vázquez, director del espectáculo, como para sí mismo, el montaje obedecía, además, a una necesidad de perpetuar un cierto conocimiento, de una negativa a permitir que los hechos, tragedias y heroicidades que tapizaron los años de la guerra y la posterior devastación social y humana, se perdiera y no llegara a las nuevas generaciones, difuminándose en el olvido las lecciones que nos atañen como herencia compartida.
“Yo tengo 3 hijos que en aquella época eran adolescentes y, un día, hablando de la Guerra Civil, me sorprendió mucho lo que ellos, desde su percepción, entendían y sabían de ese conflicto. De hecho, desde el principio teníamos muy claro que necesitamos ser respetuosos con esta historia y, para documentarnos, fuimos a dormir a Paterna. Allí, visitando la tumba de Leoncio Badía, conocimos a Maruja, su hija que, ahora, ya contaba 81 años. Le explicamos nuestro proyecto y, ella, con lágrimas en los ojos, compartió hechos íntimos sobre su padre, pero también nos confesó que no se hablaba demasiado en casa de todo aquello. Era como si sobre esa historia pesara una tela de silencio. Necesitábamos tener su visto bueno por la obra y la invitamos a venir. Ella no paraba de decir que era igual que su padre y nos dijo algo que nos ha acompañado como un mantra: «este tipo de espectáculo deberían servir para que las nuevas generaciones sean conscientes de lo que nos pasó.» En este sentido –aseguró Zapata- tenemos mucha suerte que el espectáculo forme parte de la programación del COOLTIVA’T de Focus.”
Según el actor, no se trata ni de un espectáculo panfletario ni de una propuesta partidista, sino que intenta mantenerse dentro de la fidelidad de aquellos tiempos convulsos, aceptando que se vivieron atrocidades y tragedias en ambos bandos. La propia dramaturgia del montaje permite este distanciamiento mediante la metateatralidad de la premisa, presentando a un actor que se encuentra ensayando la obra sobre el enterrador de Paterna.
«En el texto, que tiene una poética muy suave, no sólo hay cuestiones que pasaron con el enterrador sino también testigos de otras personas y familiares que se encontraron en los mismos casos.» – explicó Zapata.
Finalmente, el actor destacó la experiencia con el público joven, donde se pone de manifiesto el desconocimiento sobre los hechos relacionados con la Guerra Civil y el franquismo, pero también la profunda impresión que se llevan de la obra una vez salen de la sala.
“Aparte del silencio sepulcral, se quedan sorprendidos de lo que estoy contando porqué no se lo esperan. Están hartos de ver cosas de guerra en la tele, pero alucinan sólo con pensar que esto ocurrió aquí. No lo tienen nada interiorizado. Nosotros hemos colaborado con Jordi Barra, historiador, quien también coordinará una post función que haremos. Él ha conformado un dossier pedagógico para acompañar no sólo lo que se haga en clase sino también al público en general.”
Además, el proyecto ha generado un alcance que ha trascendido las fronteras del país, siendo seleccionado y participando en el XIII Festival Internacional Santiago Off (celebrado en Santiago de Chile del 18 al 27 de enero) efectuando 3 representaciones del espectáculo.
El enterrador se representará a partir del domingo 14 de julio en La Villarroel.
Sinopsis
Una experiencia escénica que te hará revivir un episodio sobrecogedor de nuestra memoria histórica.
El enterrador trata de nuestra memoria histórica. Se basa libremente en las vivencias de héroes anónimos -como las del enterrador de Paterna, Leoncio Badía Navarro- que, con su determinación, dejaron testimonio de humanidad y dignidad en medio del horror y la barbarie de la Guerra Civil y la posguerra. En el espectáculo, un actor prepara un monólogo que representará ante los espectadores en unos días. Lo ha escrito él mismo a partir de lo que su familia le contó durante años sobre su abuelo y sus amigos, quienes sufrieron terribles episodios durante la posguerra. El personaje que interpreta debe enterrar, como todos los días, a los fusilados que le llevan al cementerio. Enterrar… ¿o desenterrarlo?
Premio al espectáculo más innovador del Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid 2023.