El director de Romeo y Julieta, Alfonso Zurro, ha presentado este viernes su espectáculo en una rueda de prensa en Cáceres, en la que ha dicho que no ha querido reescribir esta historia de dos jóvenes enamorados que se verá mañana sábado, a las 22,30 horas en el teatro cacereño.
Y es que Teatro Clásico de Sevilla se caracteriza por que en sus producciones las obras mantienen mayoritariamente sus elementos significativos y representativos, principalmente el respeto al texto. «No plantea releer para transgredir, sino para acercarlo con más facilidad a los espectadores actuales», ha dicho el director.
Su versión de la historia de dos amantes a los que sus familias, enfrentadas entre sí, separan, acentúa la idea de odio, que se refleja en un muro que se alza imponente en el escenario de este montaje. Con cuatro candidaturas a los premios Max de 2010, la adaptación que ha hecho el director Alfonso Zurro de la tragedia de Shakespeare está ambientada en la década de los años 30 del pasado siglo.
Ese muro, según ha explicado, «es un símbolo de separación, división, animosidad y odio», porque un lado representa el mundo de la familia Montesco, el otro lado se acerca al de los Capuleto. Al final de la obra, el muro se fragmentará en dos partes, «buscando dar una visión positiva: el amor puede derribar, en este caso abrir, los muros que los humanos hemos ido construyendo a lo largo de la historia y que han generado tanto dolor», ha añadido.
Ángel Palacios, Lara Grados, Manuel Monteagudo, Antonio Campos, Rebeca Torres, Amparo Marín, José Luis Bustillo, Santi Rivera y Luis Alberto Domínguez componen el elenco del espectáculo.
Ricardo III
Por su parte Ricardo III, el último de los cuatro montajes que el festival ha dedicado a Shakespeare y que se representará el domingo día 20 en el Gran Teatro a las 22,30 horas, lleva el sello de El Pavón Teatro Kamikaze, que en el 2017 recibió el Premio Nacional de Teatro. Su director Miguel del Arco ha escrito una versión libre, que él define más bien como reescritura a partir del original, con la que quería hablar de un presente donde existen la corrupción, las luchas de poder y las fake news.
«Cada día en el telediario -explica Del Arco- vemos ejemplos de otros ‘tipos’ que harían pasar a Ricardo por un simple aficionado. Tipos que no son seductores, ni divertidos, pero que con toda seguridad desterraron la conciencia de sus países, ciudades, ayuntamientos. Que harían cualquier cosa por conseguir el poder tal y como hacen también todos los que rodean a Ricardo. Cada época encuentra en Shakespeare lo que busca y lo que quiere ver».
La obra, a partir de los sucesos históricos de La Guerra de las Dos Rosas y la figura del rey Ricardo III, alumbra los mecanismos del poder y el modo en que los hombres se relacionan con él a través de la manipulación y del disimulo. Ricardo de Gloucester, utilizando diversas estrategias -la mayoría criminales-, tratará de hacerse con el trono a cualquier precio deshaciéndose e enemigos y rivales y, una vez en lo más alto, deberá conservarlo utilizando todos los medios de los que dispone.
El director de El Kamikaze ha insuflado un aire cómico a esta tragedia, que encarna Israel Elejalde, en el papel de monarca deforme, al que acompañan Álvaro Báguena, Chema del Barco, Alejandro Jato, Verónica Ronda, Cristóbal Suárez y Manuela Velasco, informa el festival cacereño en nota de prensa.