"La gran Cenobia" de Calderón de la Barca reflexiona sobre temas de actualidad como la presencia de la mujer en la vida pública o la corrupción política
¿Una mujer te venció? / Sí, pero mujer que a ti / venciera […]
La gran Cenobia de Calderón de la Barca
Con versión de Luis Sorolla y dirección de David Boceta, se representará, entre el 13 de enero y el 6 de marzo, en la Sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia.
Drama entre lo histórico y legendario, Calderón de la Barca nos presenta en La gran Cenobia a la reina del imperio de Palmira, Cenobia encarnada por Isabel Rodes, un personaje casi legendario caracterizado con cualidades como la inteligencia, prudencia o la belleza. La obra narra la llegada al poder en Roma del emperador Aureliano interpretado por José Juan Rodríguez. Tras enterarse de la derrota de las tropas del general Decio (Mikel Arostegui) vencidas por Cenobia; Aureliano emprende la guerra cegado por la obsesión de poder contra Palmira, con la misión de traer a Roma sometida a Cenobia.
La obra tiene como temáticas principales la fortuna y el gobierno. Calderón de la Barca presenta la imagen tradicional de la rueda de la fortuna que cambia las vidas de los personajes. Si Decio y Pamira aceptan con humildad los cambios de suerte, en cambio Aureliano se muestra intolerante e incomprensivo. El gobierno aparece tratado mediante el papel de la mujer en la esfera pública o la corrupción de la clase política. Los hechos trágicos narran la lucha de Cenobia en un mundo de hombres que no ven con buenos ojos que dirija un imperio. Así, tendrá que enfrentarse contra Aureliano, el emperador romano, que quiere someter Palmira o contra su propio tío Libio que no tolera que una mujer le gobierne. Los hombres salen perdiendo en la comparación, salvo Decio que se muestra honorable, pues en sus acciones actúan como corruptos, ambiciosos de poder o traidores.
[…] no me parece razón / que llamen imitación / lo que es la misma verdad
Lo fingido verdadero de Lope de Vega
Dirigida por Lluís Homar, se exhibirá, entre el 26 de enero y el 27 de marzo, en la Sala Principal del Teatro de la Comedia.
Lope de Vega plantea en Lo fingido verdadero una tragicomedia de temática metateatral que cuenta la conversión del actor Ginés interpretado por Israel Elejalde ofreciendo un ejemplo de su poética dramática expuesta de forma teórica en el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo. La acción se inicia con las muertes del emperador Aurelio Caro y de sus dos hijos, el justo Numeriano y el disoluto Carino. Los soldados proclaman como césar a Diocleciano encarnado por Arturo Querejeta. Estando en Roma, Diocleciano le pide a Ginés que represente una comedia, lo que da pie a que ambos dialoguen sobre teatro. La compañía de teatro interpreta ante el emperador una comedia amorosa en la que Marcela (Aisa Pérez) y Octavio (Ignacio Jiménez) acaban fugándose interrumpiendo la función. El emperador le pide a Ginés que le compense representando el bautismo de un cristiano. Ginés pone en escena el bautismo de manera que lo fingido (teatro) se vuelve realidad (verdadero). El personaje acaba convertido al cristianismo y muerto en martirio.
En el Siglo de Oro era frecuente la visión de la vida como una obra teatral. Pero Lope de Vega va más allá. En este título borra las fronteras en tres planos: interpretación / sentimiento, ficción / realidad y teatro / vida. Las dos obras representadas, la comedia de enredos amorosa y la obra hagiográfica, acaban influyendo en el plano real de los personajes.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico recupera al mismo tiempo dos obras que se han revalorizado con el paso del tiempo gracias a que todavía tienen mucho que decir al público actual.