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«El médico de su honra», la reposición del montaje con el que Marsillach estrenó la Compañía Nacional de Teatro Clásico y cambió la forma de representar el Siglo de Oro, inaugura el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro. Clásicos en Alcalá

Un estilo diferente de mirar a los clásicos con indudable aceptación por parte del público

En palabras de Adolfo Marsillach, el propósito del montaje era “sencillo y limpio”. Su objetivo era hacer “un texto trágico maravilloso que, lejos de contribuir a asentar los fundamentos de nuestra España más negra, nos invite a estudiarla y criticarla. Y a no repetirla”.

La reposición que realiza el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Alcalá forma parte de su programación de más 50 funciones (que se puede consultar en www.clasicosenalcala.net), y se enmarca en el estreno de tres producciones que la Comunidad de Madrid ha impulsado con ocasión de este encuentro, y que se fundamentan, según expresa Mariano de Paco Serrano, director de esta cita cultural, en los pilares clásicos de las artes escénicas: la dirección de escena, la dramaturgia y la interpretación.

El médico de su honra podrá verse el 10, 11 y 12 de junio en el escenario del Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares, y cuenta con la colaboración de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (INAEM). Dirige la reposición Roberto Alonso -adjunto a la dirección de Adolfo Marsillach en la Compañía-, y suma la participación deManuel Navarro, actor estrechamente ligado en la etapa dirigida por Marsillach, al que acompañan en el elenco Sergio Otegui, Álex Gadea, Jorge Mayor, Verónica Ronda, Marta Gómez, José Manuel Seda, David Bueno, Antonia Paso, Fermí Herrero, Raúl Amores, Iñigo Moro, Andrés Requejo, Tue de Stordeur, EiderBadiola, Sara Cifuentes, Sara Mata.

 

Una historia sobre la tiranía de lo injusto

El médico de su honra es uno de los textos menos representados de Calderón, y con él, Adolfo Marsillach deseaba abordar el conflicto del honor y la honra (mal entendidos en este caso por el protagonista, pero amparados por el sistema), la tiranía de un injusto orden establecido y el juego del libre albedrío y la determinación de la voluntad. Los celos se convierten en el motor del conflicto dramático, e interesaban especialmente al director por su contemporaneidad. 

El médico de su honra se estrenó el 17 de abril de 1986 en el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires, dentro de la Muestra de Teatro Español en Iberoamérica. A España llegó el 24 de mayo de 1986 en el desaparecido Teatro Álvarez Quintero de Sevilla y, posteriormente, en el Teatro de la Comedia, el 23 de octubre de ese mismo año.

Con ocasión de su primera reposición, que se reestrenó el 7 de julio de 1994 en el XVII Festival internacional de Teatro Clásico de Almagro y el 20 de enero de 1995 en el Teatro de la Comedia de Madrid, Adolfo Marsillach escribirá: “Lo que Calderón plantea en su drama, ¿o tragedia?, me fascinaba. En El médico de su honra,
un hombre asesino a su mujer por el “qué dirán”: la quiere, no está seguro de que lo engañe y, sin embargo, la mata: porque los demás sospechan, porque murmuran, porque recelan. […] ¿A cambio de qué?: pues de que el orden –hipócrita– sea restablecido y la mancha de la suposición no se extienda, y para que, como diríamos hoy, la alarma social cese”.

Adolfo Marsillach establece, así, un nexo entre el conflicto universal del clásico, nuestra lectura ideológica actual y nuestro mundo contemporáneo.

 

   El médico de su honra
 
   Dirección de Producción: Carmen García y Graciela Huesca.   
   Producción Ejecutiva: GG Producción Escénica.
   Iluminación: Carlos Cytrynowski.
   Reposición Iluminación: Ion Aníbal.
   Escenografía: Carlos Citrynowski.
   Reposición Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda.
   Diseño de Sonido: Carlo González.
   Vestuario: Carlos Cytrunowski.
   Reposición Vestuario: Elda Noriega.
   Versión: Rafael Pérez Sierra y Roberto Alonso.
   Musica Original: Tomás Marco.
   Ayudante de Dirección: Pepa Pedroche.
   Movimiento Escénico y Coreografías: Marta Gómez.

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