Josep Maria Mestres dirige esta obra, ganadora de numerosos galardones, entre ellos Òscar al mejor guión adaptado por el propio Zeller y al mejor actor por Anthony Hopkins. Estrenada en más de 50 países, incluyendo España, Estados Unidos, China, Brasil, Perú, Japón, Australia, India, Italia y Sudáfrica, la obra es considerada una de las mejores dramaturgias de los últimos tiempos.
Según cuenta Josep Maria Pou, «Es la historia de un hombre al que están borrando del mundo. La gran tragedia de todo es que se da cuenta de que está desapareciendo».
Josep Maria Pou ha afirmado que éste es un espectáculo que le hace una tremenda ilusión por varias razones. En primer lugar, por la posibilidad de llevar a escena un texto como el de Zeller, que posee una interesante construcción dramatúrgica y teatral. «En este sentido -dijo el actor- el autor sale de las normas habituales de la narración. Es precisamente por eso que la historia resulta tan atractiva, porque consigue que vivas los acontecimientos desde el punto de vista de Andreu, el protagonista. Es una historia que no sólo emociona, sino que conmociona, que mezcla hechos muy desgarradores con una especie de humor tierno. Esto convierte este espectáculo en algo diferente y muy especial».
Por otro lado, Pou confesó que tenía muchas ganas, después de tanto tiempo interpretando personajes heroicos como Cicerón, Sócrates o Ahab, de enfundarse en la piel de un hombre normal, cercano, confrontado a las miserias humanas que distan de la épica grandilocuente de los gigantes históricos.
En palabras del propio director de la obra, Josep Maria Mestres, «Florian Zeller nos coge la mano y nos la entrelaza con la del protagonista para que le acompañemos en su viaje hacia el olvido.»
Para Josep Maria Mestres, la palabra que podría resumir esta obra sería la solidaridad. Una solidaridad que implica una empatía mucho más profunda y un mayor compromiso humano que el que se nos presupondría de base ante el sufrimiento ajeno. «Es un espectáculo en el que todos nosotros nos hemos abalanzado desde un sitio muy comprometido, con una entrega que va más allá de la simple profesionalidad. Tenemos el relato de una persona que sufre, que se va hacia el olvido, y de la gente que le rodea. Lo hemos construido con todo el amor del mundo y con toda la solidaridad respetuosa hacia toda la gente que se encuentra en unas circunstancias similares.»
Mestres puntualiza que esta obra es, a su vez, un trhiller, una comedia y una tragedia; y añadió que se diferencia bastante de la versión cinematográfica. El montaje, explicó, está planteado desde un sitio diferente, aprovechando toda la teatralidad inherente en el texto de Zeller. Así, tanto aquellos espectadores que hayan disfrutado de la película como aquellos que no tengan ningún contacto previo con la obra, se encontrarán con una experiencia única.
«Los hechos se ven desde la cabeza de Andrés, de la gente que le rodea y que, al mismo tiempo, se le opone. Hay un fuerte y evidente paralelismo con el rey Lear. Andrés es un personaje absolutamente, shakespiriano».
El director aseguró, además, que uno de los aspectos más interesantes del espectáculo es su capacidad transformadora para con el público. «Me interesa mucho el aspecto litúrgico del teatro, su capacidad de cohesión social y comunitaria. Cuando las espectadoras y espectadores se sientan juntos, en silencio dentro de la sala, a oscuras, ante la obra, se unen para conjurar adversidad. Y salen, inevitablemente, transformados».
«Hay momentos en la vida en los que ya no entiendo nada, ni sé quién soy.» Andrés
Toda la compañía se sintió igualmente implicada y comprometida con el espectáculo. Para Rosa Renom, que interpreta a la hija de Andreu, «es un espectáculo que habla de hacerse mayor, de no saberse querer como debería, de quererse mal pero a pesar de todo de quererse». Es un tema que me toca muy de cerca». Pep Pla, que da voz y cuerpo a la pareja de la hija, expresó la enorme responsabilidad que se siente sabiéndose una pieza de un complejo mecanismo en el que todo debe salir debidamente. Mireia Illamola se hace eco de la crítica subyacente hacia una sociedad en la que sólo se valora a las personas por su capacidad productiva. «¿Qué pasa con aquella gente que, a priori, ya no puede ser útil a la sociedad? Es una pregunta que todo aquel que venga a ver el espectáculo se hará seguro».
Pero el concepto primordial que vertebra el espectáculo es la empatía, una empatía en mayúsculas. «La gente que venga a ver la función se irá habiendo explorado el concepto de solidaridad en toda su dimensión. Brinda la oportunidad de experimentar las sensaciones que está viviendo la persona sobre la que vierte esta solidaridad», – dijo Josep Julien, quien encarna a un enfermero que cuida de Andrés.
El Padre se representará a partir del día 17 de diciembre de 2022 en el Teatre Romea. Una vez terminada la exhibición en el Romea, se prevé que efectúe gira hasta junio.
Sinopsis
Andreu, un hombre de 76 años, culto, socarrón y terco, está perdiendo la memoria pero se resiste a aceptar ningún tipo de ayuda y rechaza a todos los cuidadores que su hija, Anna, intenta contratar. A medida que trata de dar sentido a sus circunstancias cambiantes, Andrés empieza a dudar de sus seres queridos, de su mente e incluso de su propia vivencia de la realidad.