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El Teatro de la Comedia acoge el estreno de la obra «El Castillo de Lindabridis» de Calderón de la Barca

Imagen de una escena de la obra "El castillo de Lindabridis"

Imagen de una escena de la obra "El castillo de Lindabridis"

El montaje es una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Nao d’amores

El hecho de que la  CNTC acoja una vez más en su programación a Nao d´amores es un acto  de reconocimiento a su valiosísima labor de recuperación de nuestro patrimonio teatral, algo único en el panorama escénico actual. La relación entre ambas compañías viene de lejos y ha fructificado en montajes como Farsas y Églogas de Lucas Fernández, Comedia Aquilana o Numancia, de Cervantes, la más reciente. En esta temporada 23-24  aparte de El  castillo de Lindabridis se podrá ver Misterio del Cristo de los Gascones, producción  de Nao d´amores estrenada en 2007 y recuperada ahora para programarla expresamente durante la próxima Semana Santa en la sala Tirso de Molina.

En palabras de Ana Zamora «A nosotros nos gusta pensar en la finalidad común de  Nao d’ amores y  la Compañía Nacional de Teatro Clásico en la recuperación del patrimonio histórico y en este sentido hay que entender la selección de este texto de Calderón de la Barca».

El castillo de Lindabridis se editó por primera vez en 1691, aunque se cree que se representó como fiesta cortesana en el Salón Real de Palacio en 1661. Para escribir  esta obra, Calderón se había inspirado en el Espejo de príncipes y caballeros de Diego Ortúñez de Calahorra, en concreto en El Caballero del Febo y aunque fue publicada en 1555, como toda buena novela de caballerías, remite a un tiempo anterior, al periodo medieval.

Calderón adapta en esta pieza la temática caballeresca a su propio contexto teatral y crea un juego palaciego de aires carnavalescos en el que el Barroco se descubre a sí mismo a través de un Medievo soñado por el Renacimiento. Hoy, en pleno siglo XXI, Nao d ́amores y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, guiadas por Calderón como aglutinador de tiempos y voluntades, añaden un nivel temporal más a este Castillo de Lindabridis: el de nuestra contemporaneidad.

«Uno de los aspectos que más me interesó a la hora de elegir el texto, era la idea de que el Barroco mira al pasado, que es lo que yo he hecho con esta obra, mirar al pasado desde mi contemporaneidad, y trabajar con Calderón me permite mirar al pasado desde el Barroco».

«El Castillo de Lindabridis es una obra que tiene todo un artificio perteneciente al teatro cortesano: el lenguaje poético elaborado, la música, la danza, los disfraces, los seres fantásticos, pero está construida sobre el enredo propio de las novelas de capa y espada».

 

Sinopsis

La princesa Lindabridis, para heredar el trono de Tartaria, deberá casarse con un caballero que pueda vencer a su hermano Meridián en un torneo. Para ello, en la búsqueda del marido que mejor se ajuste a sus necesidades, viaja por el mundo en un castillo volador.

Lindabridis es una historia llena de fantasía, en la que las grandes protagonistas son dos mujeres. Dos mujeres fuertes, que toman la iniciativa. Hay muchas aventuras, luchas de espadas, seres  mitológicos, cantos y bailes. Una fiesta en la que el público es parte importante del mundo que se recrea en el escenario.

Para Ana Zamora «Lo interesante de esta obra es entender que este viaje de la princesa Lindabridis es una realización personal. Calderón convierte a una princesa encantada que espera en su torre a ser liberada de su encantamiento, en una mujer con capacidad de acción, en una heroína que resuelve sus conflictos, que pilota su nave, en una doncella guerrera que resuelve sus problemas por ella misma ».

 

Elenco

El elenco de este espectáculo montaje está interpretado por músicos y  actores y actrices que,  en su mayoría, han formado parte de diversas promociones de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico: Miguel Ángel Amor, Mikel Arostegui, Alfonso Barreno, Alba Fresno, Inés González, Paula Iwasaki, Alejandro Pau, e Isabel Zamora.

Vicente Fuentes, asesor de verso de La Compañía Nacional de Teatro Clásico, está a cargo  del trabajo de voz y palabra de los intérpretes en la obra.

La dirección musical corre a cargo de Miguel Ángel López y María Alejandra Saturno, así como los arreglos musicales sobre piezas del barroco que son fruto del arduo trabajo de investigación seña de identidad de Nao d’amores. La música está muy presente en la escena, es un actor más, los personajes cantan y bailan, prestando especial atención a la métrica y a la prosodia del texto.

Cecilia Molano y David Faraco son los autores de un despliegue escenográfico muy complejo y artesano e inspirado en la teatralidad popular occidental. En palabras de Ana Zamora «La idea es crear un espacio escénico que acoge al público, que rompe la cuarta pared, un espacio asumible, asequible, tocable, que acoge. El propio espacio de ficción se genera en los bancos, iguales a los del público,  que van cambiando de posición para configurar cosas en las que el público tiene que creer».

Como en toda la trayectoria de Nao d’amores en este montaje ha tenido mucha importancia el trabajo de objetos, desarrollado por David Faraco.

El vestuario es de Deborah Macías y el diseño de iluminación es responsabilidad de Miguel Ángel Camacho. Además forman parte del equipo artístico Fabio Mangolini, como asesor de movimiento, Jaime Puente como asesor de danza barroca y el maestro de armas de esgrima escénica José Luis Massó (AAPEE), como asesor de armas.

Con el objetivo de llegar a todos los públicos, la CNTC ha organizado un encuentro con el público el miércoles 7 de febrero.  Además, habrá funciones accesibles con subtitulado, audiodescripción, bucle magnético y sonido amplificado el viernes 16 y sábado 17 de febrero. 

 

 

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