La «falta de entendimiento» en el ‘brexit’ o las redes sociales son algunas de las lecturas que se podrán extraer de la nueva versión de ‘La cantante calva’, obra representativa del teatro absurdo que estará en el Teatro Español del 3 de mayo al 11 de junio con Adriana Ozores y Fernando Tejero entre sus protagonistas.
Esta coproducción entre Pentación y el propio Español cuenta con Luis Luque en la dirección y Natalia Menéndez en la adaptación de un texto que ha respetado el original de Ionesco porque «habla de muchas cosas de ahora: en especial de lo que la gente ve y oye y no entiende nada», ha resaltado el director de la obra.
«La punta de lanza es el absurdo, como opuesto a la razón, que refleja la reacción de Ionesco ante una Europa devastada y en crisis. Ese estado de perplejidad y desconcierto nos sigue bañando hoy en día», ha aseverado Luque, quien ha reconocido que sin esa «visión extravagente» uno sería «incapaz» por ejemplo de entender cómo Donald Trump «ha llegado a presidente de Estados Unidos».
‘La cantante calva’ –que cuenta también en el reparto con actores como Joaquín Climent, Javier Pereira, Carmen Ruiz o Helena Lanza– fue la primera obra teatral de Ionesco. Estrenada en París en el año 1950, su origen tiene que ver con los intentos del autor rumano por aprender inglés con expresiones con el método Assimil, que proponía frases como ‘My taylor is rich’ (‘Mi sastre es rico’) y que Ionesco consideraba inservibles.
«Ionesco quería hablar de un mundo de ruido sin sentido ni significado, como ocurre con las redes sociales hoy: hay polémicas que duran un suspiro, un parloteo constante en el que nadie consigue comunicarse. ‘La cantante calva’ también es un mundo onírico que no soporta los silencios y hay que llenarlos», ha aseverado Luque.
La influencia británica está presente en la obra desde los personajes (el señor y la señora Smith) hasta el decorado atemporal que refuerza la idea de absurdo: paredes extrañas, sótanos, relojes que solo ve el público y, en especial, una bandera del Reino Unido «desquebrajada». «Es un espacio muy inglés porque ellos son muy ingleses», ha bromeado el director.
La lupa en la burguesía
«El ‘brexit’ también está, porque fluye esa idea de que no hay manera de entenderse, como ha ocurrido con esta separación», ha apuntado Luque, quien ha reiterado la importancia de que no haya una época concreta (pueden intuirse los 60, los 70 o los 80) porque «el tiempo está detenido y los personajes llevan ahí mucho tiempo».
Por su parte, Menéndez ha lamentado el «desconocimiento» en España en torno a este clásico que «se ha hecho poco y se ha adaptado poquísimo, por no decir nada». La directora del Festival de Almagro ha insistido en que se trata de un texto que «pone la lupa sobre la burguesía» y que usa la palabra «como arma de destrucción». «El humor es lo más difícil de adaptar», ha añadido.
La psicología de un niño
Ozores ha asegurado que Luque planteó al elenco un «juego» para captar el «alma» de Ionesco. «Fue un proceso al revés, primero el juego y luego el alma del autor. Normalmente nos apoyamos en la psicología del personaje, pero aquí no, porque si haces eso estás perdido: es más como la psicología de un niño», ha admitido la actriz.
«Va a haber un antes y un después de esta obra», ha aseverado Tejero, tras reconocer que el teatro es lo que más le «gusta del mundo». «Le pongo alma y corazón y a veces pasa como en este caso, que me lo llevo al terreno personal y acaba sucediendo una tragedia», ha concluido.