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El XXXIV Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid estrena la última creación de Fabrice Murgia en el Teatro de La Abadía

Combinando drama, música y vídeo, uno de los directores más imprescindibles de la escena emergente europea se deja llevar por los poemas de Neruda y la voz de Violeta Parra en un poético viaje documental sobre la memoria, la vejez y la acción

Children of Nowhere es la segunda parte de un proyecto iniciado en 2012 con Ghost Road, una inquietante producción de teatro musical que también pudo verse en el Festival de Otoño a Primavera en 2013, y que Murgia puso en pie a partir de viajes a través de pueblos fantasmas; viajes de iniciación, de éxodo, de búsqueda, que, como este de Chacabuco, le sirven como excusa para narrar las historias de todas aquellas personas olvidadas que dejamos atrás. En palabras del director belga, “sueño con una serie de Ghost Roads, con hombres y mujeres de culturas y orígenes distintos en lugares despojados por la humanidad”.

El estreno absoluto Children of Nowhere (Ghost Road 2) tuvo lugar en enero de 2015 en el Festival Santiago a Mil de Chile. En España, antes de su estreno en el Teatro de La Abadía de Madrid dentro del marco del XXXIV Festival de Otoño a Primavera, pudo verse en el Festival Temporada Alta de Girona en octubre de 2016.

Uno de los directores jóvenes más aplaudidos de la escena europea
Nacido en 1983, el actor y director Fabrice Murgia está considerado como uno de los más importantes creadores teatrales en la Bélgica de habla francesa. Se formó en el Liège Conservatoire bajo la dirección de Jacques Delcuvellerie y, desde entonces, actúa en el teatro, el cine y en televisión. Tan solo unos pocos años después de su graduación, su pieza de debut Le chagrin des ogres (2009) se convirtió en un éxito en Bélgica y Francia. De inmediato, la obra le hizo merecedor de premios como el Odeon-Télérama y el Premio del Público del Impatience Festival. En sus giras internacionales, ha sido interpretada más de un centenar de veces.

Aunque Murgia trabaja principalmente como actor y director, también dirige la Cie Artara, un grupo de intérpretes, videastas, artistas visuales y músicos que buscan representar el mundo con los ojos y el lenguaje de su generación. El trabajo de Fabrice Murgia rompe radicalmente con la tradición del teatro de lengua francesa y habla el idioma de su generación: utiliza y tematiza los nuevos medios de comunicación, Internet, las redes sociales, la música electrónica y el videoarte (el diario De Staandard le sitúa a la par de Guy Cassiers). Precisamente, Murgia utiliza estas herramientas tecnológicas para cuestionar el impacto alienante que esta tecnología virtual ejerce sobre su generación y analiza la difusa línea de las fronteras entre el ser y la apariencia.

En todas sus producciones encontramos las opiniones de su generación, una particular relación con el mundo, una actitud joven y un profundo punto de vista sobre lo que significa pertenecer a esta época. Con el proyecto Ghost Road, ha extendido su campo de investigación política y artística, siendo el punto de partida de una serie de colaboraciones con artistas de la talla de Jos Verbist, el cineasta Benoit Dervaux y el compositor de Dominique Pauwels.

Con su más reciente Notre peur de n’être, estrenada en el Festival d’Avignon en julio de 2014, Murgia cuestiona los malestares, las crisis y las alienaciones propias de nuestra época. Analiza las nuevas generaciones de Japón y descubre los Hikikomori, aquellos que rechazan todo contacto con la sociedad y con los humanos en general. Y explora así esa soledad deseada por quienes ya no soportan la presión social, demasiado densa en nuestros días. En 2014, el autor y director, actual director del Teatro Nacional de Bruselas desde julio de 2016, fue galardonado en la Bienal de Venecia con el León de Plata por el carácter innovador de su teatro.

  

 

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