La actriz y cómica comparte cartel del 5 de febrero al 27 de abril con Carolina Rubio, Iñigo Aranburu e Iñigo Azpitarte, dirigidos por Mireia Gabilondo
El fin de una relación sentimental que tenía Markos Goikolea, autor de Nunca he estado en Dublín, provocó entre sus amigos una broma: cuando se reunían dejaba siempre en la mesa una silla vacía. Tirando de ese hilo fue elaborando esta obra durante su participación en el programa Nuevas Dramaturgias en la convocatoria realizada por Donostia Kultura en 2021, y en la que tuvo como tutora precisamente a Mireia Gabilondo, directora del montaje que se presenta en el Teatro Pavón. Este es el primer texto largo de Goikolea, que hasta el momento había escrito cortometrajes y sketches.
La trama de Nunca he estado en Dublín cuenta la llegada de una hija al hogar familiar en la noche de Navidad, procedente de Londres. Vine acompañada de su novia irlandesa; pero lo que nadie se imagina es que esa novia es un personaje invisible, una fantasía de la hija que pondrá patas arriba el frágil equilibrio de la familia.
Según Markos Goikolea, “la familia se va a disputar si realmente acepta a este ser invisible y ponerle una silla y un plato para que cene o realmente le dirá a su hija que se ha vuelto loca”.
A lo largo de esa noche, reunidos alrededor de una mesa, los miembros de la familia irán contando sus propias fantasías y miserias, mostrando que se están engañando a sí mismos. A pesar de ello y de las dificultades que tienen para aceptarse entre sí, todos buscan lo mismo en realidad: una ilusión que les ayude a vivir.
La obra ofrece una oportunidad para reflexionar y debatir sobre la complejidad de las relaciones familiares y sociales. “¿Hasta qué punto somos capaces de convivir con las vivencias y creencias de los demás?”, plantea el dramaturgo navarro.