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«Historia de un jabalí (o algo de Ricardo)»: Una cruda confesión sobre la mediocridad humana y el oficio del actor llega a La Villarroel de Barcelona

Una escena de la obra

Una escena de la obra

Tania Brenlle, agradeciendo la presencia de los asistentes, quiso exponer lo que significa este espectáculo y por qué supone un privilegio abrir la temporada teatral de La Villarroel con la propuesta en cuestión: «Este es un montaje muy especial, protagonizado por uno de los mejores intérpretes que tenemos en nuestra casa. Desde el momento en que vi el espectáculo, estuve convencida de que encajaría esta fábula en La Villarroel. Allí estará poco días, sólo hasta el 1 de octubre, pero espero que el público lo disfrute tanto como lo hice yo misma».

 

«Me hace mucha ilusión representar ese papel; es un monólogo que ya forma parte de mí.» Joan Carreras

 

Joan Carreras recibió a los medios en un ambiente distendido, de conversación, cuyo formato invitaba a la proximidad y a un diálogo tan personal, íntimo y cercano como el que establece con el público sobre el escenario. El actor empezó explicando lo que supone este espectáculo, tanto a nivel profesional como personal: «Cuando empezamos con el monólogo, no teníamos ninguna expectativa. Es un proyecto creado en una situación de absoluta excepcionalidad: lo ensayamos durante el confinamiento, la pandemia apenas nos deja estrenar y las medidas de movilidad entre comarcas limitaron al público Pero recuerdo, también, la gente que quiero que vino a verme y Tania, claro.Y se generó una entrega y un retorno por parte del público… Yo todavía estoy muy sorprendido de todo. Tres años maravillosos con dos temporadas en Madrid y, en Barcelona, llenando el Teatre Lliure. Y, ahora, venimos aquí, a uno de mis teatros preferidos de Barcelona. Me hace muchísima ilusión».

Los medios han aprovechado para conversar con Carreras y preguntarle sobre todo lo que normalmente no trasciende sobre la escena, sobre las sensaciones del intérprete, la metodología a la hora de construir un personaje tan complejo como el de Historia de un jabalí o la simbología oculta tras el título de la obra.

 

El personaje

Carreras expuso el camino que le ha llevado hasta dar vida a este actor al que ofrecen el papel de Ricardo III, un papel que, para convertirse en una propuesta sólida, debía reflejar partes verídicas del propio actor.

«Yo siempre pienso que para que te acompañe un personaje a gusto, debes haberlo ensayado muy bien. Y es algo que Gabriel me ofreció desde el primer día. Es un director maravilloso, inteligente, cariñoso , trabaja el humor y el amor. Nunca me impuso nada.La conexión que he establecido con el personaje, por tanto, siempre ha sido mía.Y, aunque es diferente de mí, me reconozco en las suyas partes oscuras».

Según el actor, es muy gratificante interpretar a un personaje de moralidad dudosa porque permite encarnar un carácter complejo y que es un reflejo de nuestro yo más inconfesable.

«Siempre he dicho que los mejores personajes para interpretar son los que tienes que apurar, los malos. Hacer bueno ya lo hacemos en la vida. Además, tienes que poner de tu parte, construirlo desde ti, si no es imposible que sea creíble. La verdad tiene múltiples formas, no hay una sola manera de encontrar la verdad escénica, pero debes poner una parte de ti.»

 

«Shakespeare mantiene su vigencia porque sus personajes están llenos de contradicciones. Y esto forma parte de nuestra naturaleza.» Joan Carreras

 

En efecto, Carreras explicó que este tipo de personajes gusta tanto porque suponen una catarsis de un aspecto de nosotros mismos políticamente incorrecto que no solemos mostrar en sociedad.

«Siempre nos acabamos identificando con ellos – dijo el actor -. Todos somos un poco ambiciosos. Todos hemos sido un poco racistas, todos hemos tenido comportamientos homófobos… no hace falta que sea algo positivo, pero podemos reír, «eso. Así, nos conectamos tanto con lo bueno como con lo malo. Él (el personaje de Historia de un jabalí) no tiene ningún problema en mostrar su oscuridad, en decir lo que piensa sobre una actriz o sobre el director, y eso resulta atractivo, pero también vemos sus vulnerabilidades, lo mismo ocurre en la obra América, con un personaje lleno de ambición que reconocemos como verosímil, esto interpela a la gente, por eso Shakespeare. mantiene su vigencia, porque sus personajes están llenos de contradicciones y, esto, forma parte de nuestra naturaleza. En todo caso, para mí es un ejercicio muy terapéutico. Me permite deshacerme de basura acumulada.»

 

El título

¿Por qué Historia de un jabalí? Es cierto que el título de la pieza resulta ambiguo. Carreras expuso así su vertiente poética: «El jabalí forma parte de una iconografía propia de Ricardo III. Es un animal que es una mezcla entre cerdo y rata, como dice el personaje. Él nos cuenta que, una de las metodologías más conocidas a la hora de crear un personaje es imaginarse un animal, uno esperaría que dijera un buey, un lobo o alguna otra cosa, pero lo que él quiere ser es un jabalí, un animal que representa la fuerza, pero también la vileza y la suciedad. analogía es buena. El título hace referencia a esta analogía, entre el jabalí y Ricard, intentando no buscar un resultado elegante».

Ante la pregunta de si, después de tantas funciones y de tres años interpretando al mismo personaje, no acaba resultando cansado, Carreras afirmó que una pieza como ésta, tan intensa y directa, es una experiencia muy enriquecedora para un actor, pero que es la soledad en lo alto del escenario lo que acaba pesando:

«Está muy bien y se establece una química muy bonita con el público, pero llega un momento en que tienes ganas de volver con los compañeros y trabajar con ellos. Lo ideal es alternar proyectos así con formatos más convencionales. Tienes que irlo secuenciante».

Tras los logros recogidos y los premios otorgados por su trabajo interpretando al monólogo, Joan Carreras confiesa que los nervios no acaban de desaparecer, aunque desaparece la presión mediática y, ahora, concentra todas sus energías en el público.

«Los premios están muy bien, claro, pero éste es un texto muy rico y difícil. Tiene tantos saltos, tantos registros, tanto teatro dentro de la pieza… Pero es lo que lo hace atractivo. Y sabes que debes estar a la altura de un material como este. La presión la tienes igual, con o sin premios».

Por último, el actor concluyó el encuentro invitando a todo el mundo a venir a ver la obra.

«Es un espectáculo que a mí me gustaría ver, porque no sólo es un esfuerzo actoral; se trata de un monólogo difícil de hacer pero muy agradecido de ver. Esta relación ambigua y despótica con el público, sin interaccionar directamente con él, pero poniendo de manifiesto que el espectador es un interlocutor esencial que acaba ocupando el puesto de la compañía, del director y de los actores».

Historia de un jabalí (o algo de Ricardo) se representará a partir del viernes 1 de septiembre en La Villarroel.

 

Sinopsis

Gabriel Calderón escribe y dirige este monólogo protagonizado por Joan Carreras.

Un actor se enfrenta al reto de interpretar a Ricardo III, el monarca despiadado de la tragedia de William Shakespeare. Lleva toda su vida haciendo papeles secundarios y piensa que merece esta oportunidad. Sin embargo, considera que el resto del elenco no está a su altura y no le gusta nada de lo que le propone el director. Durante la construcción del personaje, las afinidades entre el actor y el monarca inglés comienzan a aflorar. Ambos son ambiciosos e inteligentes. Como Ricardo III, Juan no se conforma con poco, tiene ansia de poder y no está dispuesto a perder el tiempo con actores blandos, hipersensibles o mediocres. A medida que se entrelazan sus historias de vida, la relación entre el actor, el personaje y el espectador se vuelve cada vez más estrecha.

Historia de un jabalí (o algo de Ricardo) gira en torno a los mecanismos de poder contemporáneos, el deseo y el resentimiento, y propone una reflexión sobre los límites de la ambición humana.

 

 

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