Por primera vez en diez siglos, Mío Cid, poema grandioso y fundacional de la literatura castellana, sube a escena para la que fue concebida, de la mano de José Luis Gómez
Con un trabajo inusitado de juglaría, poniendo cuerpo y voz a las palabras germinales de la literatura hispánica y emitiendo el sonido original de nuestra lengua medieval, el mayor poema épico de la literatura hispánica sube al escenario. La primera semilla de este proyecto se plantó en 2014, cuando Gómez ideó el ciclo «Cómicos de la lengua», con motivo del tercer centenario de la RAE. Eran diez «lecturas en vida», acompañadas de un comentario académico, que juntas reflejaban el devenir de la lengua castellana desde el siglo XI hasta comienzos del XX. La primera lectura era, precisamente, el Cantar de Mio Cid, a cargo de Gómez, acompañado de la académica Inés Fernández-Ordóñez.Estas lecturas se presentaron en la sede de RAE, el Teatro Español, el María Guerrero, la sede temporal de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (Teatro Pavón) y el Teatro de La Abadía.Al hilo de la extraordinaria acogida se volvió a presentar el ciclo entero al año siguiente y parte de él, en el Festival de Almagro y en otras ciudades. Gómez siempre se ha esforzado por la palabra entrañada, la palabra en acción, afrontando con placer la dificultad de transmitir el significado que puedan plantear textos como los de Valle-Inclán o Agustín García Calvo. Precisamente por ese interés fue elegido para entrar a la Real Academia Española y precisamente a la oralidad en el teatro dedicó su discurso de ingreso. Ahora vuelve a la figura del Cid y, sobre todo, al lenguaje de este texto clave de nuestro idioma. Bajo el título Mio Cid a secas, acompañado de una pianista que saca sonoridades sorprendentes al piano, Gómez plantea una interpretación depurada y muy personal, como un juglar del siglo XXI.