Desde el 26 de octubre y hasta el próximo día 12 de noviembre, Vuelan Palomas. Arte de sermones para tiempos inciertos podrá disfrutarse en la Sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía, tras su paso por el Teatro de la Comedia
José Luis Gómez, «una figura indiscutible del teatro europeo», en palabras de Juan Mayorga, vuelve a la dirección de escena en la casa que que fundó hace ahora casi 30 años
«José Luis Gómez es el maestro, historia viva de nuestro teatro y un monumento nacional. Es uno de nuestros grandes referentes como actor, director y hombre de teatro» precisaba Lluis Homar en la presentación a los medios del montaje, el pasado 6 de octubre
El arte de sermones y el teatro
Vuelan palomas pone sobre la palestra teatral un género desconocido por el gran público, como es el del sermón religioso, muy cultivado en el siglo XVI, pero de enorme vigencia en la actualidad. José Luis Gómez, responsable de la idea, coautoría y dirección, afirma que «me percaté de que los sermones no habían servido únicamente para el desarrollo de la lengua, sino también para perseguir judíos, protestantes, alumbrados, alumbradas y musulmanes».
José Luis Gómez siempre ha destacado por su firme compromiso con la Memoria Democrática, no solo en este trabajo, sino también con autores como Unamuno o ‘La velada en Benicarló’ de Manuel Azaña. Es por este motivo por el que el director fundador del Teatro de La Abadía asegura que Vuelan palomas «es una historia apasionante que tiene que ver con nuestro país, con nuestra lengua y con nuestra evolución histórica». Algo que explica el porqué de la elección del subtítulo que lo «toma prestado o robado del libro de María Luisa Caturla, un ejemplar cuyo título es ‘Arte de épocas inciertas’, escrito en 1929 y que cayó en mis manos y conocimiento gracias a la exdirectora del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, María Bolaños», aclara José Luis Gómez.
Javier Huerta Calvo, coescritor de la dramaturgia afirma que «cuando José Luis Gómez llegó con esta propuesta me dejó perplejo. Conocía la teatralidad de los sermones, pero mi ámbito de conocimiento se limitaba al entremés, la loa, la jácara o la mojiganga». En este tiempo de trabajo e investigación han descubierto una diversidad de registros «que hace que el espectáculo no se da de forma plana, sino que se asemeja mucho al arte de entremeses y varía entre quienes realizan dicho sermón, es decir, si viene del hombre, mayoritariamente sermoneadores, o de las mujeres, quienes recurrían a una confesión más íntima, más poética».
Un elenco formado en La Abadía
Los intérpretes Clemente García, Roberto Mori, Lidia Otón y Marcos Toro encarnan a diversos predicadores y religiosas del siglo XVI llevando sus palabras desde el pasado áureo de la Inquisición y coacción religiosa hasta un pasado no tan lejano, como fue la guerra civil española y la inmediata posguerra con sus consecuencias terribles para los heterodoxos como fue el exilio encarnado en la filósofa María Zambrano.
Todos ellos son compañeros que han compartido formación en el Teatro de La Abadía, algunos con José Luis Gómez y otros no, pero todos son intérpretes muy consagrados del ámbito escénico. Después de muchos años, los cuatro coinciden en este proyecto que para algunos, como Lidia Otón, la única mujer del reparto, supone «un periplo de vida, un viaje en el tiempo y un momento que implicaba un reto para mí como profesional, pero que ha resultado ser muy placentero para José Luis y para mí». Ella pone voz a «ese ramillete de mujeres que fueron calladas en aquellos tiempos y se las metía en conventos y en órdenes religiosas para poder acceder al conocimiento que se les negaba».
A este elenco se suma Alberto Granados, que destaca por su papel musical en Vuelan palomas. «Acercarme a sermones ha sido muy interesante porque mi papel es el del organista de la misa y de la liturgia. Hemos tendido un puente con ese líder que hay en la actualidad que es la figura del dj y hemos hecho un recorrido musical que va desde el trance, como un símil con las escenas de éxtasis de esos sermones, pasando por el magnífico repertorio de música barroca española o al maestro organicista de Bach. Además, hemos completado este espacio sonoro con efectos «caseros» al estilo de los efectos de los corrales y que, en un momento, me convierten en un «torturador sonoro»».
Vuelan palomas. Arte de sermones para tiempos inciertos
El público podrá ver sobre las tablas a predicadores como Gerónimo Morales, Alonso de Cabrera o El Lunarejo, aunque también verá a religiosas como Teresa de Cartagena, primera escritora en lengua castellana, o a la poeta y dramaturga sor Juana Inés de la Cruz. Ellas trataron de hacerse escuchar no desde el ámbito público del púlpito, sino desde otra esfera más íntima. «Lejos de callar sus bocas, las religiosas utilizaron otros medios menos elocuentes que el sermón —la oración, la confesión, el verso— para dar cauce a su espiritualidad, casi siempre atormentada», asegura Javier Huerta Calvo.
La puesta en escena presenta una escenografía que homenajea los versos del Cantar de los Cantares: «¡Cómo brillan alegres / tus ojos de paloma!» firmado por Elisa Sanz, la iluminación de Raúl Alonso, el vestuario con matices clásicos y contemporáneos de Deborah Macías, la composición musical y espacio sonoro de Alberto Granados, el trabajo físico diseñado por la maestra cuerpo Mar Navarro o la videoescena de Jorge Vila.