En ella, otros tantos personajes se erigen ante el devenir del mundo, haciendo un ejercicio de freno y resistencia. A la fresca es un (d)espacio para dignificar el reposo, para ensalzar algo tan elemental como el parar, el desconectar de las lógicas del mundo y los sujetos triunfantes y generar un oasis donde la imaginación se expanda.
“ En diciembre del 2021 tuvimos la ocasión de descubrir la excelencia de Pablo Rosal”, explican Los despiertos. Fue con el espectáculo Los que hablan, que el dramaturgo y director había escrito y dirigía, con Malena Alterio y Luis Bermejo como protagonistas. Era una pequeña joya teatral que se convirtió en un acontecimiento y ubicó a Rosal en el foco de las programaciones de muchos teatros. Después vendrían su Castroponce , su adaptación de El Pato Salvaje o Asesinato de un fotógrafo. Todos, espectáculos que seguían la estela de aquel primera propuesta sobre seres humanos suspendidos, temblorosos y frágiles.
En aquel momento, Los despiertos, por su parte, acaban de estrenar, en Teatro del Barrio, su espectáculo homónimo, con texto y dirección de José Troncoso . Una tragicomedia que, en un ambiente onírico, silencioso y circular, y con las características propias del dramaturgo y director gaditano (la atención sobre la gente orillada en los márgenes, el tono chirigotero, la repetición, la poesía escénica y la incorporación del clown), homenajeaba a tres profesionales de un oficio que suele pasar desapercibido socialmente, y reflexionaba sobre la soledad y el sentido de la vida. La compañía se reconoció en esa poética de Rosal conectada con la fragilidad humana, y, en su afán de trabajar con dramaturgos españoles contemporáneos, se unieron a él en una nueva producción: A la fresca, que se estrena el 2 de marzo de 2024.
En palabras del autor y director, la obra “se propone enaltecer las paradas en el camino, las suspensiones de cualquier propósito, la amplitud del error”. Para él, nada resulta más obvio en el siglo XXI “que el hecho de que estamos ocupados, que necesitamos estarlo y que es la única y última justificación y sentido que le hemos dado a la existencia contemporánea”.
Aquí, mediante una partitura polifónica, cómica e íntima, tierna y abismada, de escucha honda y palabra creada, “nos proponemos generar una gustosa circunstancia cargada de la más sutil reivindicación: la lentitud, la dulce letanía de la conversación sin fin en el acabarse del día”.
En todos lares y culturas se practica, a su manera, esto del estar a la fresca. A toda persona le resuena esta circunstancia cósmica. Toda alma se sonríe al pensar en ello. Es un espacio de evocación por antonomasia, un tesoro antiguo sin historia que queremos revisitar conscientemente, homenajearlo, con nuestra frágil condición actual. Aún esperanzada. Siempre.
Sobre Los despiertos
Esta historia comienza hace más de veinte años. Tres actores –Alberto Berzal, Israel Frías y Luis Rallo – coinciden formándose en el Laboratorio de Teatro William Layton. Al terminar los estudios, se unen en cooperativa con el resto de su clase, para sacar adelante proyectos interpretativos. “No hablamos de una productora al uso sino de un proyecto, una iniciativa que nos permite escenificar textos que nos llaman la atención. Sobre todo, de lengua inglesa, seguramente por los propios orígenes de Layton”, explica Berzal. Arthur Miller, David Mamet, Eugene O’Neill… Desde entonces hasta hoy han puesto en pie una decena de montajes, en una ristra que comenzó con La naranja mecánica y ha enlazado un True west con dirección de José Carlos Plaza o Los últimos días de Judas Iscariote, con dirección de Adán Black.
Con el tiempo, a ese núcleo de tres intérpretes le apeteció probarse con textos en castellano y romper con el patrón autoría-dirección-interpretación, para intervenir también en el proceso creativo de una obra. Así entró en la ecuación el dramaturgo José Troncoso. “Participé, en el Teatro del Barrio, en un taller que Troncoso impartió con su agrupación La Estampida, y me enamoró su forma de trabajar. Estaban en cartel sus obras Princesas del Pacífico y Lo nunca visto, que nos encantaron a Israel, a Luis y a mí. Contactamos con él para trabajar juntos. Nos interrumpió el parón de la pandemia, pero, ya de vuelta, y sabiendo que el Teatro del Barrio nos iba a abrir sus puertas para estrenar, se gestó la obra Los despiertos”. Y con ella, la compañía homónima.
Debutaron con el montaje en 2021 en Teatro del Barrio, y permanecieron dos temporadas en cartel. Después, una nominación a los Premios Godoff y varias paradas en gira, en la Feria de Palma del Río o en Almuñécar (Granada).