Del 4 al 8 de mayo llegará al Teatro del Barrio Molotov, una pieza inspirada en este libro y este caso, mucho menos mediático que la historia del anarquista Salvador Puig Antich, que fue detenido ocho días después de la muerte de Martos (en septiembre del 73). David Pintó Codinasaltas dirige este montaje con dos intérpretes, Joan Valentí Cortés “Nan” y Montse Pelfort Valentí.
Cuando Juan José Martos recibió la noticia de que su hermano había muerto, hacía años que no sabía nada de él. En principio, le insinuaron que había sido a causa de un accidente laboral. Martos, que vivía en Granada, emprendió entonces un viaje a Tarragona, para velar el cuerpo de su hermano. Pero, al llegar al hospital, a la familia no solo no la dejaron ver a Cipriano, sino que su cadáver se trasladó al cementerio de Reus y lo arrojaron a una fosa común sin conocimiento de nadie.
Cipriano había fallecido por ingerir ácido sulfúrico, tras ser detenido en una acción de propaganda en Igualada, a raíz de la caída de la célula de Reus en la que él participaba. Entre el 24 y el 27 de agosto, lo sometieron a esas torturas a raíz de las que tuvo que ingresar en el hospital. Lo que ocurrió, solo lo saben Cipriano y los agentes.
A falta de justicia en España, Antonio Martos presentó en 2014 una querella sobre el asesinato de su hermano ante la justicia argentina. Dicha querella se incluye en la Macro Querella por Crímenes de genocidio y lesa humanidad promovida por la Xarxa Catalana Balear de Soporte a la Querella Argentina.