Pablo Messiez se inspira en los personajes y situaciones del teatro de Anton Chéjov para firmar un espectáculo que nace del deseo de detenernos en el misterio de escuchar, celebrado por la crítica como uno de los mejores montajes de 2019
La obra original más musical, poética y festiva del dramaturgo y director argentino permanecerá en cartel en la Sala Principal del Teatro Kamikaze hasta el 10 de enero
Javier Ballesteros, Carlota Gaviño, Rebeca Hernando, José Juan Rodríguez, Íñigo Rodríguez-Claro, Joan Solé y Mikele Urroz protagonizan esta invitación a sentir el poder transformador de la música, que homenajea, entre otras, a ‘Tres hermanas’
Durante la función, el público es invitado a participar de la escucha y el baile de una selección heterogénea de casi 20 canciones que van de Jacques Brel a Liza Minnelli, de Cecilia Bartoli a Tom Waits, entre otros artistas
El Teatro Kamikaze se ha adaptado a las normas de seguridad para la contención de la covid-19, con un aforo de un 72%, con 290 butacas, respeto de la distancia interpersonal, uso de mascarilla obligatorio, entradas y salidas paulatinas, gel hidroalcohólico en los accesos y zonas comunes y un sistema de ionización bipolar del aire para reducir la presencia de patógenos y mejorar la seguridad del espectador
La acción de escuchar canciones nos acompaña incluso desde antes de nacer. Ocurre algo misterioso cuando realmente nos dedicamos a escuchar: se alteran el ritmo cardíaco y la respiración, cambia la temperatura del cuerpo… Hay canciones que funcionan como la magdalena de Proust y despliegan evocaciones con el primer acorde. Hay algo profundamente misterioso en la música y sus efectos. Y tal vez el suyo sea el poder transformador más potente. “Me gusta mucho escuchar música y siempre me ha llamado la atención la forma en que puede cambiar un estado de ánimo, el modo en el que la música toca el cuerpo,” explica Pablo Messiez, para quien la música es una presencia imprescindible en sus creaciones (Todo el tiempo del mundo, La otra mujer, Las plantas…). “Me apetecía hacer una obra en la que la acción de escuchar le robara el primer plano a la de ver”.
El punto de partida para la escritura y creación de Las canciones viene marcado por los personajes y situaciones de las obras de Anton Chéjov, en especial Las tres hermanas e Ivanov, que se cruzan y alimentan la acción de escuchar como procedimiento organizador de la trama. Poco a poco, también el mundo de otras obras de Chéjov fue tiñendo los ensayos y la escritura del espectáculo. “No hubo un plan previo ni mucho menos una tesis de reescribir el teatro de Chéjov. Más bien una intuición y un deseo. El deseo de entender: a los otros, a uno mismo, al hecho de estar en el mundo”, explica.
En la obra, Iván, Olga e Irina son tres hermanos que, junto a Miguel, amigo de la familia, se dedican a escuchar canciones. Lo hacen sistemáticamente desde el día de la muerte de su padre, hace un año, como modo de huir del mundo exterior en el que él –músico de gran fama en el país– había sido hallado culpable de un acto tan ominoso que la familia no puede ni siquiera nombrar. La obra cuenta el día en el que la escucha de las canciones se ve interrumpida por la visita de dos músicos, fans del padre fallecido, que harán que las relaciones entre los integrantes de la familia cambien para siempre. “Siempre me ha impactado el final de Las tres hermanas, donde Olga dice que tal vez en la música haya una explicación para nuestro dolor”, cuenta Messiez. Y es esa obra la que comparte estructura con Las canciones: un padre muerto, una familia encerrada en un sitio del que se quieren ir y la visita de unos personajes vinculados al mundo del padre.
Javier Ballesteros, Carlota Gaviño, Rebeca Hernando, José Juan Rodríguez, Íñigo Rodríguez-Claro, Joan Solé y Mikele Urroz forman esta peculiar familia chejoviana que, durante la representación, invita al público a participar de la escucha, cantar y bailar una selección heterogénea y sorprendente de casi 20 canciones que van de Jacques Brel a Liza Minnelli, de Cecilia Bartoli a Tom Waits, entre otros artistas. “Si me hubieran dicho antes de escribir la obra que estas serían las canciones que quedarían, me hubiera sorprendido. No están ni Björk, ni Mina, ni Tita Merello, ni Lou Reed ni mucha otra gente que escucho a menudo. Pero sucede que, en un momento de los ensayos, la obra pide unas cosas y rechaza otras. Lo mismo pasa con los textos. Por eso la lista ha estado determinada por la necesidad de la obra de esas músicas”, cuenta. La escenografía, una enorme “caja de música” diseñada para una escucha óptima de las canciones, ha sido creada por el escenógrafo Alejandro Andújar, mientras que el diseño de iluminación es obra de Paloma Parra, habitual de Messiez desde Muda.
Sobre el dramaturgo y director
Pablo Messiez nació en Buenos Aires en 1974. Debutó en 2007 como dramaturgo y director de Antes, una versión muy libre de Frankie y la boda, de Carson McCullers. Antes de Antes, Messiez llevaba ya más de 20 años sobre los escenarios. Empezó a estudiar interpretación a los 12 años. Entre sus maestros se encuentran Ricardo Bartís, Juan Carlos Gené y Rubén Szuchmacher, con quien además estudió dirección. Ha actuado para directores de la escena argentina como Leonor Manso, Cristian Drut, Rubén Szuchmacher y Daniel Suárez Marsal entre otros.
En 2005 fue convocado por Daniel Veronese para participar en Un hombre que se ahoga, versión de Tres hermanas, de Anton Chéjov, espectáculo que formó parte del Summer Festival del Lincoln Center de Nueva York y del Tokyo International Arts Festival. Un hombre que se ahoga giró por España en 2006 y regresó en 2007, abriendo la temporada del Centro Dramático Nacional en el Teatro María Guerrero de Madrid y representándose en el Teatre Lliure de Barcelona. Messiez continuó trabajando con Daniel Veronese hasta dejar Argentina en diciembre de 2008.
En 2010 estrenó Muda (obra de su autoría con la que realizó dos temporadas en la Sala Pradillo de Madrid). El Teatro Fernán Gómez lo convocó para inaugurar su nueva Sala Dos y produjo Ahora, nueva versión de Antes, reestrenada en enero de 2011. Ese mismo año, estrenó Los ojos, nueva obra de su autoría. En 2012 estrenó en el Festival de Otoño a Primavera Las criadas, adaptación del clásico de Jean Genet. También subió a escena Las plantas para la primera edición del Fringe Madrid y formó parte del elenco de Hamlet, interpretando a Horacio, bajo la batuta de Will Keen. Además, este mismo año, dirigió a Alberto San Juan en la lectura escénica del texto de Samuel Beckett, Rumbo a peor. Por otra parte ha escrito los textos para las producciones de Losdeade, compañía de Chevi Muraday, comenzando su colaboración con Return, a la que siguieron Cenizas, En el desierto y El cínico.
En 2013 estrena, en el Festival de Otoño, su obra Las palabras. En 2014 es invitado por la Compañía Grumelot a realizar una creación a partir de textos del Siglo de Oro español. El resultado de la colaboración fue Los brillantes empeños, producción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. En 2015 es convocado por el Centro Dramático Nacional para dirigir el texto La piedra oscura de Alberto Conejero, montaje por el que recibe el Premio Max a la mejor dirección y mejor espectáculo. El mismo año estrena su texto Los bichos en el Festival Teatro Bombón de Buenos Aires y en el Festival Temporada Alta de Girona. También en 2015 es dirigido por Claudia Faci en su versión de A-creedores, estrenada en la Sala Pradillo en el marco del Festival de Otoño.
En 2016 estrena La distancia, versión escénica de la novela Distancia de rescate, de Samanta Schweblin, producción de Bacantes Teatro y representada en El Pavón Teatro Kamikaze. El mismo año estrena además dos textos propios: Ningún aire de ningún sitio, en el marco del festival El lugar Sin Límites en el Centro Dramático Nacional, y Todo el tiempo del mundo en el Teatro Palacio Valdés de Avilés, en las Naves del Español en Matadero y en El Pavón Teatro Kamikaze.
En 2017 estrena en el Teatro de La Abadía el texto de Santiago Loza, He nacido para verte sonreír y Bodas de sangre de Federico García Lorca en el Teatro María Guerrero del Centro Dramático Nacional. En 2018 escribe y dirige para la Kompanyia Lliure El temps que estiguem junts que estrena en el Espai Lliure y es nominado a los premios Valle-Inclán por su montaje de He nacido para verte sonreír. Este mismo año, estrena en el Teatro San Martín de Buenos Aires, la versión escénica de Cae la noche tropical de Manuel Puig.
En 2019 es invitado por el Teatro de la Zarzuela de Madrid a dirigir su versión de La verbena de la Paloma en el marco del Proyecto Zarza, y estrena en El Ambigú del Teatro Kamikaze La otra mujer (un concierto), una pieza inspirada en Nina Simone y Nina de La gaviota. Asimismo, estrena también Las canciones, obra de su autoría, para El Pavón Teatro Kamikaze.
Paralelamente a su trabajo como actor, autor y director, ha ido desarrollando su actividad docente en diversos estudios e instituciones (Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires, Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Menéndez Pelayo de Santander, La Térmica de Málaga, Estudio 3 de Madrid, Teatro del Barrio de Madrid, ECAM, Sala Beckett de Barcelona y El Pavón Teatro Kamikaze de Madrid, entre otros). Ha publicado Asymmetrical-Motion; Notas sobre pedagogía y movimiento –en coautoría con Lucas Condró–, Las palabras de las obras, recopilatorio de parte de sus textos, y El tiempo que estemos juntos, todos editados por Continta Me Tienes.