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Llega «Altsasu» al Teatre Romea de Barcelona, una ficción documental a partir del caso que sacudió el concepto de justicia

Imagen de una escena de la obra "Altsasu"

Josep Maria Pou dió la bienvenida a los medios, y agradeció la presencia de la compañía que presenta una exhibición del espectáculo en el Teatre Romea de sólo 6 funciones por motivos de compromisos de la compañía. El director artístico del Romea afirmó que se siente especialmente ilusionado de recibir a una compañía como La dramática errante por varios motivos. En primer lugar, por la novedad que supone su participación en la programación del teatro: “Para muchos de ellos, – explicó Pou – es la primera vez que vienen al teatro más emblemático de Cataluña, la “catedral del teatro”, dicen algunos. El Romea es un teatro fantástico con una relación escenario público muy especial; y el suyo es un público con un muy buen olfato. Así es como el Romea se ha creado un sello incuestionable de garantía”.

Además, se trata de una compañía con la que el propio Pou trabajó hace cuatro años en la obra Erresuma / Kingdom / Reino (Tragedias históricas de William Shakespeare) bajo la dirección de Calixto Bieito en el Teatro Arriaga de Bilbao con posterior estreno en Madrid en Naves del Español-Matadero; una experiencia que el director califica de “enriquecedora y fantástica”.

Además, destaca que Altsasu es un montaje insertado dentro del llamado «Teatro documental», un género escénico muy en boga de unos años acá. “Aún tenemos muy reciente el espectáculo Jauría que ahora, en su segunda temporada, forma parte de la programación del Goya y ahora, Altsasu, también se inscribe dentro de esta línea. Éstos son espectáculos que revisan nuestra memoria más reciente. Da igual que se trate de hechos históricos. Se trata de eventos que debemos recordar y tener presentes”.

En referencia al propio montaje, Josep Maria Pou habla de ello en los siguientes términos: “A mí me gusta decir que, más que emoción, el teatro debe provocar conmoción y espectáculos como éste lo consiguen. Hablamos de un trabajo interpretativo impresionante en un espacio vacío, con los elementos mínimos y cuatro actores desdoblándose en muchísimos personajes, poniendo de relieve la enorme dificultad de encarnar en la obra a un personaje y, al mismo tiempo, sólo con un giro del cuerpo, su contrario”.

Altsasu es un texto creado a partir de la convocatoria del proyecto Cicatrizar, una propuesta internacional de creación dramatúrgica dirigida por los dramaturgos y directores José Sanchis Sinisterra y Carlos José Reyes y desarrollado en el Nuevo Teatro Fronterizo, uno de los laboratorios de dramaturgia más importantes del estado español. El proyecto pretende promover el conocimiento y la reflexión sobre el pasado reciente, fomentando los valores de protección del derecho a la memoria y uso público de la historia a través de la creación dramatúrgica contemporánea. Convocando a cinco dramaturgas de Colombia y cinco de España, la convocatoria pedía escribir textos sobre heridas abiertas que el hecho escénico pueda ayudar a cerrar o curar. El propio Sinisterra explica así la tesis del proyecto: “¿Puede el teatro, sin adoptar una posición vengativa o compasiva, contribuir a restañar las heridas y a desvelar las cicatrices? Porque ese es el paisaje de después: nada puede echar raíces si el subsuelo oculta un intermitente cementerio. Que sólo podrá volver a ser morada común -y habitable para todos- si lo abonan la culpa y el perdón, la memoria y la justicia, la verdad y la conciliación. Y estas son palabras que el teatro sabe y ha sabido siempre escudriñar.”

Maria Goiricelaya eligió, como tema, el caso Altsasu

La dramaturga y directora del espectáculo, compartió que se trata de un auténtico placer pisar, por primera vez, el escenario del Romea con tan importante obra para la compañía. En efecto, Altsasu es el primer espectáculo de La dramática errante, compañía que empezó en 2017 y que se constituyó oficialmente en 2021. La directora confirmó que el texto bebe de propuestas como la de Jauría de Jordi Casanovas y Miguel del Arco, citada previamente por Josep Maria Pou.

Hablando del proceso de creación, Goiricelaya explicó: “Nos hemos lanzado con una propuesta escénicamente sencilla pero muy eficaz, confiando sobre todo con un fortísimo trabajo interpretativo sobre el escenario. Hablamos de cuatro intérpretes saltando en el tiempo y el espacio, interpretando a veinte personajes cada uno, que van encarnando cada uno de los hechos decisivos que conforman el caso. Nuestra primera premisa se basaba en exponer los hechos y, a partir de ahí, ver si podía modificarse la percepción del público, hasta qué punto podíamos tener empatía. Los eventos ponen a prueba nuestros valores y opiniones. Y de eso se trata. Hay cosas que se dicen en la obra que a mí me molestan profundamente. También le han visto familiares de las personas implicadas pero, para ellos es difícil porque se trata de un hecho muy reciente. Eso sí, cuando un partido pide la cancelación de una obra, y más sin haberla visto, significa que la obra es necesaria”.

Ane Pikaza, intérprete del espectáculo y cofundadora de la compañía La dramàtica errante, explicó que no sabían cuál sería la reacción al tocar un tema tan potente. “Arrancamos en el Teatro Arriaga y, enseguida, el espectáculo empezó a tomar su rumbo. Haremos 80 funciones este año contando ferias, festivales y funciones internacionales en Colombia y Montevideo. También es un placer estar de nuevo en Barcelona. Ya habíamos sido programados durante el Grec Festival de Barcelona en el Teatre Lliure y hemos girado por diversas poblaciones. El público de Cataluña nos produce un profundo impacto, como llena los teatros. Esperamos que aquí en el Romea también sea así ”.

Pikaza también hizo hincapié en lo difícil que fue aproximarse a un montaje como éste. “Fue muy complicado por nosotros. María había escrito un texto sin ni siquiera saber si llegaría a los escenarios. Hay gente relacionada con el caso que la vio en el estreno, otras que han venido más adelante, y otras que nunca la verán; y esto también está bien, porque es una obra que habla de posturas irreconciliables. Vinieron las madres de Altasu y, algunas de ellas, nos contagiaron la tarea de seguir contando la historia, de poner sobra la mesa lo que sigue siendo un conflicto. Es muy importante que tengamos presente en la memoria lo que nos compone como sociedad.”

Nagore González, actriz del espectáculo, compartió que uno de los retos más importantes es interpretar a personajes polarizados. “Encarnamos a personajes que están en los dos extremos del conflicto. Es curioso cuando el público se siente interpelado, porque les digo una cosa desde unos personajes y, un momento después, les digo la contraria desde otro. Principalmente, es una obra que habla del perdón.”

Aitor Borobia, otro de los miembros del reparto, terminó confesando que, en Cataluña, hay una comprensión más profunda del conflicto que sugiere la obra: “Hemos notado que el público está más implicado en este tipo de discurso porque aquí también existe un componente político importante. En Vitoria, un partido político pidió que se cancelara el espectáculo y eso hizo que tuviéramos a un público más entregado. Participar en esta obra me ha permitido ser mejor persona, porque uno llega con su ideología y, al final, debes entender el dolor de todas partes, escuchando el relato de todos los personajes.”

Altsasu 3
Imagen de una escena de la obra «Altsasu»

Sinopsis

En la madrugada del 15 de octubre del 2016, se produce a las puertas del bar Koxka, en el pueblo de Altsasu (Navarra) un altercado en el que se vieron implicados varios vecinos del pueblo, dos agentes de la Guardia Civil y las parejas de éstos. El resultado fue de dos detenidos y un tobillo, el del teniente, roto. En menos de 24 horas, Altsasu se convierte en un plató de televisión y el caso en un asunto de Estado. El giro de este espectáculo se produce cuando el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco denuncia los hechos ante la Audiencia Nacional, pese a que la investigación del caso seguía ya el curso en los juzgados de Navarra. Esta organización introduce la acusación de terrorismo, y el operativo policial contra ocho jóvenes se pone en marcha el 14 de noviembre.

A la vista oral que comienza el 16 de abril de 2018 se llega con peticiones fiscales de entre 62 y 12 años de cárcel. El juicio es seguido con expectación por lo que puede significar de cara al recorte de las libertades, el abuso de la expresión terrorista y la vulneración del derecho a un juicio justo. El caso, lleno de puntos negros, constituye uno de los procesos judiciales más desconcertantes de los últimos tiempos.

«Aunque Altsasu es una aproximación rigurosa y honesta al mediático caso, estamos ante una obra de ficción y, como tal, ha precisado una tarea de adaptación al género dramático. Sin embargo, se ha incorporado fielmente a la trama transcripciones de algunos de los testimonios del juicio, así como recortes de prensa, medios de comunicación y contenidos de redes sociales.»

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