La coproducción del CDN con el Teatre Nacional de Catalunya y Velvet Events aborda, a partir de la experiencia personal de la autora, el tema del envejecimiento en la sociedad actual desde un punto de vista crítico pero también onírico y festivo, a modo de “homenaje a la gente que queremos y que nos deja”
El montaje ahonda en la cuestión de envejecer en nuestra sociedad actual, así como en lo que supone hacerse cargo de alguien. Es la historia de una mujer cuyo padre sufre un ictus y ella se tiene que hacer cargo de él porque queda totalmente dependiente, enfrentándose a toda una serie de circunstancias adversas, tanto de carácter económico e institucional como emocional.
Entre las cuestiones que nos plantea la propuesta surgen reflexiones con un profundo alcance político, social e incluso moral. «¿Qué sentido tiene mantener un cuerpo con vida, el cuerpo de una persona que ha perdido las facultades básicas? ¿Cuándo se considera que una vida deja de ser digna? ¿Cómo asumir la decadencia de los progenitores y cómo hacer coexistir el amor con la carga emocional y económica que supone esta experiencia? Y ¿cuál es la respuesta del Estado?»
Un eco social y existencial
La autora y directora explica que la obra está basada en una experiencia personal. “Empecé a escribir El peso de un cuerpo antes de que mi padre nos dejara definitivamente (…), en un momento de bastante estrés emocional, y también económico. Esta vivencia personal (el acompañamiento de una persona querida que sufre una degeneración neuronal y física) me dio a conocer un problema que también es social y que seguro que mucha gente ha vivido”.
«La escritura surge de la necesidad de canalizar cierto dolor», afirma Spunzberg aclarando que no se trata de una propuesta autobiográfica. «En cualquier caso, he utilizado la ficción teatral, la imaginación, para poder transmitir una historia que, más allá del mundo íntimo y familiar, tiene un eco social y existencial», añade.
A pesar de la dureza de la historia, la directora propone una puesta en escena “multidisciplinar, que combina texto dramático, música en directo y proyecciones, en la que el realismo más crudo y actual dialoga con el juego teatral, el humor y la imaginación”. Una “celebración de la vida”, en definitiva, que constituye “un homenaje a la gente que queremos y que nos deja”, concluye Szpunberg.
El papel de Olga, la protagonista, está encarnado por Laia Marull, acompañada en el reparto por David Marcé, Carles Pedragosa y Sabina Witt. Todos ellos, así como el espectáculo, ha recibido los mejores calificativos por parte de la crítica catalana.
El peso de un cuerpo se estrena el miércoles 30 de noviembre en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, donde estará hasta el viernes 23 de diciembre.