La versión, firmada por Magda Labarga, apuesta por la fuerza expresiva de los cuerpos y la potencia visual del montaje
Ricardo III es una coproducción hispano-portuguesa del Centro Dramático Nacional junto con el Teatro Nacional D. Maria II de Lisboa y Terra Amarela
Este viernes pasado 6 de octubre fué el estreno absoluto de Ricardo III en el Teatro Valle-Inclán, donde estará en cartel hasta el próximo 29 de octubre para, a comienzos de 2024, comenzar gira por el país vecino.
Ángela Ibáñez interpreta el papel de Ricardo, acompañada por David Blanco, María José López, Marta Sales, Vasco Seromenho y Tony Weaver, quienes se desdoblan en diversos personajes para dar vida a la trama shakespeariana que nos presenta a un villano que ha pasado a la historia por su amoralidad al servicio de la ambición de poder.
“Utilizamos las estrategias de la traición y la manipulación para obtener un poder absoluto, para poner al público en el lugar de los personajes traicionados por Ricardo III, quitándoles poco a poco los códigos habituales del teatro, sustituyéndolos por otras gramáticas. Transformamos el asesinato de Ricardo III en la posibilidad del renacimiento de un teatro más diverso, atento y en diálogo con otras lenguas y lenguajes”, declara Marco Paiva en la presentación de su propuesta.
Magda Labarga, autora de la adaptación, califica el montaje como “una experiencia sensorial”. Además de la pertinencia y la actualidad del personaje de Ricardo -su manipulación del discurso, su despliegue de propaganda al servicio de sus propios intereses- , “el público se va a encontrar con un Shakespeare extraño y hermoso, fascinante por la belleza plástica, sonora y expresiva de los cuerpos y de la puesta en escena”, apunta la autora, que también ha ejercido como ayudante de dirección.
Un Shakespeare “político, poético y accesible”
Marco Paiva, director portugués con más de dos décadas de trabajo en el campo de la cultura accesible y las prácticas artísticas inclusivas, afirma encontrar en los clásicos un espejo de la humanidad, y a partir del “lugar sagrado” que ocupan, apuesta por traerlos a la contemporaneidad a través de diversos lenguajes para cuestionar el lugar que ocupa el teatro hoy.
En esta ocasión, la lengua de signos responde a dos propósitos que marcan su línea de trabajo: por un lado, el de explorar las posibilidades artísticas de los diversos lenguajes y gramáticas -“redescubrir la lengua de signos a nivel performativo, con toda la potencia de su dimensión visual”-; y por el otro, la intención de dar representatividad a la diversidad -“nos planteamos el objetivo de que la lengua de signos comience a conquistar un lugar más destacado que el que ha tenido hasta ahora en la sociedad”, afirma-.
De este modo, Paiva califica la propuesta como “un Ricardo III político, poético y accesible” con el que ambicionan, no solo conquistar a la audiencia a nivel artístico, sino que la diversidad, la accesibilidad, trasciendan al debate público y político: “que los espectadores, al salir del teatro, se pregunten por qué no saben lengua de signos, o por qué para una persona sorda es tan difícil la comunicación en el espacio público”, concluye.
Completan el equipo artístico de Ricardo III: José Luis Raymond (escenografía), Nuno Samora (iluminación), Ikerne Giménez (vestuario) y José Alberto Gomes (espacio sonoro), quienes han creado una propuesta no figurativa que subraya la gran fuerza expresiva y plástica del montaje.
Ricardo III se estrena el 6 de octubre en la Sala Grande del Teatro Valle-Inclán, donde estará hasta el 29 de octubre. El año que viene emprenderá gira en Portugal.
El espectáculo está interpretado en lengua de signos portuguesa y española con sobretítulos en castellano. Los días 26 y 27 de octubre se ofrecerán funciones accesibles con audiodescripción para personas ciegas.