El espectáculo parte de la novela gráfica de Solís, artista del cómic que consiguió con ‘El laberinto de las tortugas’ el Premio Goya 2020, con una versión de dimensión ficcional de alcances simbólicos sobre la esposa de Jasón que mató a sus hijos por desamor. Una Medea que aquí huye acosada por humanos y dioses, objeto de la furia de Zeus, navegando a la deriva en un bloque de hielo. Timón, por su parte, indaga con exigencia y hondura en una difícil pero original propuesta que mezcla cómic y teatro, a través de una pantalla con las acciones del cómic paralelas a las de un monólogo interpretado por la actriz Amelia David, glosando la metáfora de un mundo que navega hacia ninguna parte y que se hace daño a sí mismo sin llegar nunca a desaparecer, como ocurre a Medea.
La soledad, el tiempo infinito como castigo, la edad avanzada como una humillación para un ser inmortal, la falta de medios para sus conjuros, para cambiar el destino, la imposibilidad de la autodestrucción como única salida… son el presente eterno de Medea. En su pasado está el poder, el papel de la mujer en su tiempo y situación, la inteligencia, su capacidad y conocimientos para dirigir ese destino, la tenacidad, la lucha por lo que se ama, por lo que se quiere conseguir, la venganza auténtica que no mide consecuencias y, también, la duda, la escucha interior y, finalmente, el argumentario que lleva a donde lleva sin mirar atrás.