El director Lluís Pasqual estrenará este miércoles 22 de febrero en el Teatro María Guerrero de Madrid su último espectáculo ‘In memoriam. La quinta del biberón’, que narra la historia de un grupo de jóvenes reclutas que lucharon por la II República en los últimos momentos de la Guerra Civil española . «Vamos a intentar hacer un documental en el teatro», ha anunciado.
Así lo ha puesto de manifiesto Pasqual durante la presentación de la obra, en la que también ha participado el reparto que integran Joan Amargós, Enric Auquer, Quim Àvila, Eduardo Lloveras, Lluís Marquès y Joan Solé. Estos seis jóvenes actores ponen su piel y su voz sobre las tablas del María Guerrero para mostrar parte de la historia de cerca de 30.000 jóvenes que, nacidos entre 1920 y 1921, participaron en batallas importantes como la del Ebro.
Según ha explicado Pasqual, hay espectáculos que «uno no sabe exactamente por qué los hace o la raíz está tan lejana que uno no lo recuerda». «Yo no sé muy bien de dónde nace ‘In memoriam’. Nace, si lo pienso ahora, del deseo desde hace muchos de hacer un espectáculo sobre la Guerra Civil, del deseo de hacer un homenaje a esos críos, llamados de La quinta del biberón, por una razón muy personal y muy íntima», ha relatado.
En este sentido, el director ha confesado a los asistentes a la presentación, celebrada en el teatro madrileño que tuvo un tío que falleció en La quinta del biberón y del cual no se hablaba en su casa, como en «todas» las demás, porque «el que reinaba era el miedo». «Nace del reto de intentar hacer una pieza documental, como lo hace el cine o la televisión», ha remachado, que también considera que han pasado «muchos años» de la Guerra Civil y debería poderse hablar «de todo con absoluta serenidad».
Lo que sucede en ‘In memoriam. La quinta del biberón’, según ha relatado el directo, es un episodio que se produce en «la mayoría de las guerras» y es que «cuando las guerras están terminando, están en fase de caída los responsable, entre otras muchas cosas tienen que darse tiempo para irse, para prepararse el exilio, para acumular dinero en algunos casos».
Lluís Pascual ha recordado que es entonces cuando estos responsables «echan mano de lo que se ha llamado ‘carne de cañón’, de los últimos que quedan, de las últimas generaciones». «Saben que van a perder, pero les van a servir de muro de contención para tener su tiempo», ha recordado, para después añadir, que los que sobrevivieron callaron «durante muchos años» porque el trauma era «demasiado grande».
«Nunca habían hablado de eso»
Asimismo, ha destacado que en 1975, a la muerte del dictador Francisco Franco, «ocurre una cosa». «Esos seres que nunca habían hablado de eso comienzan a hacerlo y, lo que no contaron a sus hijos, se lo cuentan s sus nietos y a sus nietas», ha subrayado el director del espectáculo, coproducido por el Teatre Lliure y Temporada Alta-Festival de Tardor de Catalunya Girona/Salt. De esta forma es como empiezan a aparecer los testimonios y diarios que se publican.
«De repente, uno dice: ‘Es el momento’. Y empezamos durante meses a entrevistar, a ir a las casas de los sobrevivientes, que tenían todos 95 o 96 años. Con todo ese material ingente y enorme nos pusimos a leer, a trabajar y a contarlo, como estábamos en el teatro, con unas pinceladas teatrales, pero es un espectáculo contado», ha manifestado el director, que ha aclarado que el 85% del texto corresponde al material de las entrevistas o de los diarios.
Según ha defendido Lluís Pasqual, la música en este espectáculo es «muy importante». Por eso, hay una pequeña formación de música barroca en directo, integrada por Oriol Algueró e Isaac Bachs / Ricart Renart (Violines), Guillermo Martínez y Joan Palet (Violonchelo), Dani Espasa y Marc Díaz (Clave y órgano), y Robert González (Voz).
«Mi tío, el día que se iba a alistar, pasó por delante de una iglesia quemada, pero había una montaña de papeles. Se acercó y vio un juego de partituras rudimentario, cosido a mano, que ponía ‘Cancionero de Guerra’. Era una recolección de canciones barrocas de guerra que iban desde Monteverdi a Purcell», ha afirmado, al tiempo que ha indicado que pensó que su tío, «sin saberlo», le había regalado la música de la obra para dar la parte «épica».
‘La quinta del biberón’, apodo que se le atribuye a Federica Montseny al considerar que eran muy jóvenes, como ha recordado el actor Quim Àvila, estaba integrada en un 98 o 99% por catalanes que procedían de diferentes puntos de la región. Por esta razón, para narrar lo ocurrido con el acento propio de los protagonistas, Lluís Pasqual cuenta en su espectáculo con la ayuda de Pere Navarro, especialista en dialectos y dicción. «No es el mismo acento uno de las tierras del Ebro que uno de Lérida», ha apuntado el director.
El actor Joan Solé ha confesado que le impresionó conocer a los protagonistas de estas historias, de tal modo que ha asegurado que ésta ha sido la «más brutal» de sus experiencias teatrales hasta la fecha. Mientras, Enric Auquer ha destacado la «responsabilidad» de representar a estos personajes, que les han contado sus propias batallas de guerra.
‘In memoriam. La quinta del biberón’, que ya se ha podido ver en Barcelona y en Gerona, estará en el Teatro María Guerrero de Madrid de martes a sábado (20.30 horas) y los domingos (19.30 horas) hasta el próximo 12 de marzo. Además, se celebrará un encuentro con el público el martes 7 de marzo a las 19.00 horas en la sala Margarita Xirgu, así como dos funciones accesibles para personas con discapacidad auditiva y visual el jueves 9 y viernes 10 de marzo.
Escrito por: AgenciaFotografía: Miguel Zabal...