Jordi González, que, el jueves excepcionalmente, sustituyó al director artístico del Romea Josep Maria Pou (actualmente en Madrid por el estreno de El padre de Florian Zeller), inició la presentación agradeciendo la asistencia a los presentes, dando la bienvenida a la compañía y confesando una intensa emoción por poder acoger un espectáculo basado en la figura del dramaturgo Thomas Bernhard de la mano de Pep Tosar, uno de los grandes talentos del país, y más dada la coincidencia en la programación con Voltaire/Rousseau. La disputa de Josep Maria Flotats, una convergencia que, tal y como explicó González, favorece un muy necesario clima de reflexión: “Hacía tiempo que le dábamos vueltas a esta obra y es extraordinaria. Nos gusta y nos entusiasma a Bernhard. Y, poder tenerlo al mismo tiempo que Voltaire/Rousseau. La disputa, hará que los espectadores salgan enriquecidos del teatro. Es un momento de gran reflexión que hace falta y el público está respondiendo de forma increíble. Sin duda, hoy necesitamos precisamente eso: buen teatro y reflexión. Y está demostrado que tenemos audiencia.”
Con la claridad aumenta el frío se basa en el libro Mis premios del novelista, dramaturgo y poeta austríaco Thomas Bernhard, un texto que, tal y como explicó Tosar, fue publicado en 2009, años después la desaparición del autor en 1989.
“Como el propio título original indica, – dijo el director – se trata de pequeños ensayos breves en los que Bernhard relata los episodios vividos durante la convocatoria de la entrega de los premios literarios que ha recibido a lo largo de su vida. Desde el momento en que, en su casa, le anuncian el galardón y el día de la celebración, hasta la propia ceremonia de entrega.”
El título del montaje es una frase extraída del discurso de Bernhard al recibir el Premio Literario de la Ciudad de Bremen y, según Tosar, «me pareció que extraer esta frase era mucho más representativo que este título genérico de Mis premios. Y el espectador entiende perfectamente al final porque se llama así.»
Pep Tosar expuso en la audiencia el origen la trayectoria de este montaje, recalcando el género hilarantemente satírico que exuda la personalidad de Thomas Bernhard. “Así que me hice con el libro tuve una experiencia reveladora. Lo iba leyendo y no podía parar de reír y, a mi alrededor, no paraban de salir cosas relacionadas con el tema. Creo que, cuando esto ocurre, es un síntoma clarísimo de que tienes que hacer algo. Estrenamos el espectáculo en el festival Grec en 2013 con 4 funciones, la representamos en Madrid en 2014 y también la llevamos a Buenos Aires y Montevideo. Sin embargo, desde entonces, salvo algún bolo esporádico, nos había quedado pendiente poder hacer una presentación un poco más larga en Barcelona. Con Imma nunca hemos dejado de hablar de ello y nos apetecía mucho hacerlo. Es un espectáculo difícil de ejecutar, pero muy satisfactorio de hacer y divertido tanto por el espectador como por la compañía, con un estilo de interpretación muy concreto. Yo le llamo una «comedia de salón».”
Tanto Evelyn Arévalo, codramaturga e intérprete del espectáculo, como Imma Colomer, actriz que interpreta a la «tía» de Bernhard con quien el autor compartió una fuerte relación que le marcó profundamente, habló de cómo representar la pieza en un escenario como el del Romea les inspira un profundo sentimiento de gratitud. «Hicimos la adaptación del texto hace cerca de once años – dice Arévalo – y recuerdo que el proceso fue muy bonito. Ahora entro a formar parte de esta obra, además como actriz, acompañada de esta maravillosa pareja que funciona como un reloj. Y creo que la obra tiene algo, en las palabras, en las intenciones, de intrínsecamente teatral, una «brillo» que lucirá mucho en un teatro como el Romea.»
Por su parte, Imma Colomer también quiso describir los aspectos que hacen, de su personaje, algo muy especial para la actriz: «Mi papel es una persona de esas que, a veces, encuentras y que cambia totalmente el rumbo de tu vida, porque te ayuda, te ama, porque, además, te estimula. Esta mujer se movía en un mundo más bien de alta burguesía y, por esta razón, pudo presentar a Bernhard a toda esa gente con la que ellos se relacionaba, además, lo financió y estimuló, supo comprenderlo, ayudarle, escucharlo, y siempre desde el respeto y la admiración, y eso era algo maravilloso. Me hace mucha ilusión tener la oportunidad de volver a interpretar un papel así.»
Sinopsis
Una comedia de salón sobre Thomas Bernhard.
Es sabido que a Thomas Bernhard, gran escritor y dramaturgo austríaco, melómano, feroz denunciador de la extrema derecha, no le gustaban los reconocimientos y sus inevitables ceremonias. Tal era el malestar que le generaban los premios que le plasmó en su libro póstumo Mis premios. A partir de estos testigos autobiográficos, Pep Tosar construye un espectáculo teatral aprovechando al máximo la intensidad obsesiva, el hartazgo y la sátira característicos de Bernhard.
Con la claridad aumenta el frío -título cogido de uno de sus discursos de agradecimiento, desconcertante y cautivador a la vez que dotado de la poética más esencial de Thomas Bernhard- va desgranando anécdotas y palabras de cortesía que apenas disimulan su ánimo cascarrabias y muestran a través de la ironía y la comicidad las miserias del ser humano y del panorama cultural que nos rodea, y del que todos somos cómplices.