El Brujo regresa a Mérida tras el éxito de público cosechado por sus anteriores espectáculos, en los últimos años La Odisea (2012) y El asno de oro (2013), con este estudio en tono de comedia sobre el dramaturgo griego, predecesor de Sófocles y Eurípides y considerado como el primer gran representante de la tragedia griega.
Muchas de las obras de Esquilo, como Prometeo, la Orestíada, Los persas, Las suplicantes, se han llevado a escena en el Teatro Romano de Mérida a lo largo de la historia del Festival. Ahora el director y actor cordobés las ha procesado en la máquina del humor para ofrecernos una reflexión irónica de los textos clásicos.
“Es una conferencia”, explica Rafael Álvarez. “Hace muchos años di una conferencia en la plaza del pueblo sobre los romanos, la conferencia era una parodia, un pretexto para hacer teatro. Ahora es todo lo contrario, el pretexto es el teatro para dar una conferencia sobre el espíritu antiguo de la tragedia que representa Esquilo, basado en el libro de Nietzsche El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, pero todo desde el punto de vista de un cómico que tiene que mirar la tragedia o cualquier cosa de manera que el público ría constantemente desde el principio al final”, concluye el actor y director.
Como ya hiciera en sus anteriores montajes, El Brujo continúa explorando en la línea de trabajo basada en el ‘actor solista’, tradición europea que se remonta a los juglares antiguos y cuyo exponente más prestigioso es el premio nobel Dario Fo.
Esquilo. Nacimiento y muerte de la tragedia mantiene por lo tanto ese sello personal que caracteriza los espectáculos de El Brujo, que ofrece al público, a partir del referente clásico, una relectura de los textos clásicos tratando de extraer los valores universales contenidos en ellos con el humor, acompañado de mímica y sonido, como hilo conductor.
Es escena, el relato se verá apoyado por la música en directo de Javier Alejano.