Teatro de La Abadía repite con Historia de un jabalí, para dar la posibilidad de verla a todos los que no pudieron disfrutar en 2021 de la magistral actuación de Joan Carreras
Premio Max al mejor actor, entre otros galardones
Primera de dos obras que cogerá este otoño La Abadía en sus escenarios. Gabriel Calderón es el autor y director de la obra y su texto se ha calificado como “texto perfecto, inteligente y delicadamente construido”
En esta obra un actor se enfrenta al reto de interpretar a Ricardo III, el icónico personaje de Shakespeare. Durante la construcción del personaje veremos como la relación entre personaje y actor se va entrelazando
Con Joan Carreras como único actor, quien sin embargo se desdoblará en múltiples personajes, asistiremos a contemplar un monólogo de tan suma riqueza que no parece tal y que bien le valió diversos premios como el premio Max a la mejor interpretación.
Además, la obra ha sido finalista al premio Max al mejor espacio escénico (Laura Clos).
La historia de esta obra trata sobre un actor que se enfrenta al reto de interpretar Ricardo III, el monarca despiadado de la tragedia de William Shakespeare. Lleva toda la vida haciendo papeles secundarios y piensa que merece esta oportunidad. Sin embargo, considera que el resto del elenco no está a su altura y no le gusta nada de lo que le propone el director. Durante la construcción del personaje, las afinidades entre el actor, Juan, y el monarca inglés empiezan a aflorar. Ambos son ambiciosos e inteligentes. Como Ricardo III, Juan no se conforma con poco, tiene ansia de poder y no está dispuesto a perder el tiempo con actores blandos, hipersensibles o mediocres. A medida que se entrelazan sus historias de vida, la relación entre el actor, el personaje y el espectador es cada vez más estrecha. Historia de un jabalí gira alrededor de los mecanismos de poder contemporáneos, el deseo y el resentimiento, y propone una reflexión sobre los límites de la ambición humana.
Sobre la obra
“Poner títulos siempre supone la dificultad de tener que presentar y resumir al mismo tiempo. Se espera, se supone, que el título dé alguna información útil sobre lo que se va a ver. Es la primera información del contrato que el espectador acordará con el espectáculo, por eso, uno pretende establecer cierta veracidad en esa ilusión, no queriendo generar falsas expectativas, pero tampoco bajarle el valor al convenio. Esta Historia de un jabalí tiene también algo de Ricardo III, y ese Algo de Ricardo es también la historia de un animal. Un animal político, un animal teatral, un animal humano. Al mismo tiempo dialogar con un clásico implica encontrar las palabras, ideas y situaciones contemporáneas que encuentren su eco, resuenen y se acoplen en un armónico diálogo con aquellos signos escritos hace siglos atrás. Para ello, siempre se impone una teoría del recorte, ya que nos vemos obligados a elegir lo que sentimos que nos es útil y descartar lo que no parece oportuno. Se propone una edición que conforma una ecuación cuyos ojos contemporáneos deben poder operar, o al menos sentirse atraídos y entusiasmados por el problema que sus movimientos plantea. Entusiasmo, esa es la palabra. Entusiasmo que quiere decir “tener a los Dioses adentro”. Tal vez el entusiasmo es lo que describe mejor mi voluntad, tanto al momento de escribir, como o que busco y espero que suceda en quien lee, dirige, actúa o ve unos de mis textos. Busco soberbiamente la posibilidad de insuflar el engañoso sentimiento de que todo lo podemos y que todo lo queremos y que todo es posible. Al menos, alguna vez, de vez en cuando, obligarme a mí mismo a ver más allá de las obligaciones ordinarias, de soñar con imposibles que superen el simple trabajo, el beneplácito de los pares, la felicitación de los queridos. Tener a los Dioses dentro, ansias de poder, sueño de Icaro, ambición injusta que al menos nos quite del barro diario de los objetivos cotidianos. Tanta prepotencia, tanta altanería, tanto despropósito para justificar esta exagerada propuesta de repensar un posible Ricardo III en el medio que mejor conozco, en el medio al que pertenezco, el Teatro. Estas son las ideas que me animaron a sobreactuar mi escritura, a proponerle a otros y a mí mismo la desmedida aventura de creer que merecemos el poder y que debemos ir por él, a lo Ricardo, a lo jabalí, brutal y salvajemente sobre la escena. Algo de todo esto… algo… mastiquen…”
Gabriel Calderón
Sobre los artistas
Gabriel Calderón / Texto y dirección
Gabriel Calderón (Montevideo, 1982) es dramaturgo, director y actor. Ha escrito más de veinte obras de teatro y ha sido reconocido con varios premios, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura en dos ocasiones: en 2011 por Mi pequeño mundo porno y en 2016 por la antología Tal vez la vida sea ridícula. En 2004 estrenó Mi muñequita (la farsa), uno de los espectáculos más influyentes del teatro uruguayo reciente. Su formación se completa con becas en España (Fundación Carolina, 2004) y Inglaterra (International Summer Residency para dramaturgos emergentes del Royal Court Theatre de Londres). Ha sido miembro del Lincoln Center Theater Directors Lab de Nueva York y artista residente del Théâtre des Quartiers d’Ivry de París. Sus obras se han representado en Argentina, Brasil, España, Francia, Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Bolivia y Perú. Sus textos se han traducido al francés, al
alemán, al inglés, al griego y al portugués. Ha participado en reiteradas ocasiones en festivales internacionales de teatro de América y Europa. Ha dado conferencias, clases y seminarios en Argentina, Brasil, Chile, Cuba, México, Francia, Israel Palestina y Suiza. Además, también ha pasado por Temporada Alta en varias ocasiones, la última haciendo tándem con Sergio Blanco en La ira de Narciso. En 2015 estrenó en el TNC el montaje Que rebentin els actors, una coproducción entre Bitò y el TNC. Actualmente es coordinador general de la Tecnicatura Universitaria en Dramaturgia de la Universidad de la República de Uruguay y de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático.
En noviembre Calderón volverá a nuestro teatro con el espectáculo Ana contra la muerte, producción uruguaya que traemos conjuntamente a Madrid entre el Festival de Otoño y La Abadía (del 29 de noviembre al 4 de diciembre).
Joan Carreras / Actor
A Joan Carreras (Barcelona, 1973), que se formó en el Institut del Teatre, le hemos visto en La Abadía con varios espectáculos de Àlex Rigola: El policía de las ratas, al partir del relato de Bolaño, Santa Juana de los mataderos de Brecht, y Julio César de Shakespeare. Ha trabajado con directores como Ferran Madico (Molt soroll per no res, de William Shakespeare), Rosa Novell (Les dones sàvies, de Molière), Magda Puyo (L’excés, de Neil LaBute), Ariel García Valdés (Galatea, de Josep Maria de Sagarra), Toni Caffieri (Els dos bessons venecians, de Carlo Goldoni), David Plana (Mala Sangre) y Víctor Conde (La tienda de los horrores, de Alan Menken y Howard Ashman), entre otros. Con Àlex Rigola ha colaborado, además, en Titus Andrònic, Suzuki I y II, Woyzeck, Glengarry Glen Ross, Ricardo 3º, Arbusht y European House. También ha participado en La filla del mar, con dirección de Josep Maria Mestres; El coronel ocell, con dirección de Rafel Duran; El somni d’una nit d’estiu, con dirección de Àngel Llàcer; L’escola de dones, con dirección de Carles Alfaro; Electra, con dirección de P. A. Angelopoulos; y Nits blanques, con dirección de Carlota Subirós. En 2006-07 participó en Otelo, dirección de Carlota Subirós, y en El dúo de la Africana, de Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé. Durante la temporada 07-08 formó parte del reparto de La torre de La Défense, de Copi, dirección de Marcial di Fonzo; 2666 de Roberto Bolaño y El Buñuelo de Hamlet, nuevamente con dirección de Rigola y Dia de partit de David Plana, dirección de Rafel Duran. También ha llevado a escena uno de los papeles protagonistas de Rock’n’roll, de Tom Stoppard y formó parte del reparto de Nixon-Frost, de Peter Morgan, Gata sobre tejado de zinc caliente de Tennessee Williams y The End de Àlex Rigola, todas bajo la dirección de Rigola. En televisión ha participado en series como Temps de silenci, De moda, Zoo, Porca Misèria, Infidels, 39+1 o La riera, así como también en varias telemovies.
Ficha artística
Texto y dirección: Gabriel Calderón
Traducción: Joan Sellent
Intérpretes: Joan Carreras
Escenografía: Laura Clos
Espacio sonoro: Ramón Ciércoles
Vestuario: Sergi Corbera
Ayudante de vestuario y caracterización: Núria Llunell
Iluminación: Ganecha Gil
Fotografía: Felipe Mena
Ayudante de dirección: Olivia Basora
Ayudante de escenografía en prácticas: Marta Calderón Gómez
Jefe técnico: Pere Capell
Dirección de producción: Josep Domenech
Producción ejecutiva: Luz Ferrero
Distribución y comunicación: Bitò
Producción: Temporada Alta 2020 y Grec 2020. Festival de Barcelona