Los directores y actores Valérie Lesort y Christian Hecq adaptan la narración que escribió en los años 50 un exespía inglés y la funden con la trama de un exitoso episodio de la famosa serie francesa Strip-tease
Valérie Lesort y Christian Hecq formaron pareja artística en 2012 y, aunque ambos desarrollan por separado sus propias carreras, periódicamente se unen en espectáculos como este, su séptima colaboración, donde ponen en pie una inventiva visual atrayente y un humor algo bruto e hilarante.
Del cuento escrito por un exespía inglés en los años 50, y del que Cronenberg extrajo el material para su película, Lesort y Hecq toman prestado el personaje del científico loco, mientras que del exitoso episodio de la popular serie Strip-tease se quedan con los personajes de una madre y un hijo ya mayor, de cincuenta años, obsesionado por construir en su laboratorio un platillo volante.
“Nos divertía la historia del sabio loco. Siempre nos ha atraído lo fantástico, pero en el teatro necesitábamos una profundidad humana”, explican Lesort y Hecq. Esa profundidad era la que le daba la historia del programa de Strip-tease.
Lesort y Hecq acentúan en escena lo grotesco de sus personajes: el hijo calvo, barrigón y malhumorado, que cumple con los criterios para ser un soltero empedernido; la madre ocupada de la casa, del jardín y del hijo, un eterno adolescente; la relación entre ambos tan inquietante como hilarante…
La obra, que presentan en la Sala Roja hasta el 12 de febrero, describe la vida cotidiana de esta extraña pareja, perturbada por una sucesión de experimentos de teletransporte con resultados más o menos exitosos. El hijo practica primero con objetos, luego con animales, incluido el perro de la madre. Preocupada por el aislamiento de su hijo, ella invita a tomar una copa a una mujer cohibida y solterona, del mismo tipo que el hijo. Tras una velada desastrosa, el hijo convence a la invitada para que acepte convertirse en el primer humano en ser teletransportado.
Con movimiento corporal, efectos especiales y estética de la época de los inicios de la informática, La mosca se presenta como un laboratorio de exploración escénica y visual, un extraordinario campo de juego, que remite a esa era en que todos los inventos parecían aún posibles.
El diseño de esos años inspira la configuración estética de este espectáculo. La computadora del hijo se convierte en un personaje propio y el laboratorio es una mezcla de la habitación de su infancia donde nada ha cambiado desde que era niño. La crítica francesa se rindió a La mosca: “Un espectáculo que agrada a la vista, divertido y extravagante. Uno se estremece y ríe con este matrimonio exitoso de ciencia ficción y comedia tierna, pero realmente chiflada”, lo describió Le Parisien. “Maestro de las muecas, especialista en lenguaje corporal, Hecq, mejor que cualquiera, interpreta a un introvertido, a un genio inconsciente, medio idiota, medio Nobel”, reflejó, por su parte Le Figaro.
Valérie Lesort
Valérie Lesort es directora de teatro y artista visual. De esta doble faceta surgió en 2012 Monsieur Herck Tévé, una serie de cortos realizados para para Canal+ de lo que fue coautora y codirectora con Christian Hecq.
La pasión de ambos por los espectáculos visuales los unió de nuevo en la adaptación teatral para marionetas de Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne, que adaptaron y dirigieron en la Comédie-Française.
El montaje fue premiado con un Molière (el equivalente al Max de teatro en España) por la Creación Visual y recibió el premio de la Crítica en 2016. En 2017, Lesort colaboró con el mentalista Rémi Larrousse en Sueños de un ilusionista. En 2018 creó, de nuevo con Christian Hecq, Black Domino, de Auber, estrenada en la Opera Real de Valonia en Lieja. La crítica lo eligió mejor espectáculo lírico de 2018. Este mismo año, Lesort concibió el “cabaret horrendo” Porte 8 para la Opéra Comique.
En 2019 dirigió, adaptó y creó la escenografía de Petite balade aux enfers (Un pequeño viaje al infierno), un espectáculo para jóvenes, que adaptaba la ópera de Gluck Orfeo y Eurídice, y que presentó en el festival Mi primera ópera en la Ópera Comique.
En su faceta de artista visual ha colaborado en teatro, cine y televisión con, entre otros, Philippe Genty, Thomas Ostermeier, Jean-Paul Rappeneau, Jean-Michel Ribes, Luc Besson, Carl Zéro, Xavier Durringer, Sébastien Thierry… Para la Exposición Universal de Londres de 1998 construyó 120 marionetas de monstruos marinos.
Christian Hecq
Christian Hecq es director teatral y actor. En 2008 abandonó el grupo teatral de Philippe Genty para entrar en la prestigiosa Comédie-Française, donde en 2013 logró ser miembro de pleno derecho.
Tras ser galardonado con el Molière al mejor nuevo actor en 2000, obtuvo otro como mejor actor en 2011 por su papel en Un fil à la patte y, en 2016, otro a la mejor obra visual, junto con Valérie Lesort, por 20.000 leguas de viaje submarino.
En cine ha trabajado con los directores Jaco Van Dormael, François Boucq, Albert Dupontel, Chantal Akerman, Cécile Telerman, Danièle Thompson, Corinne y Gilles Benizio, James Huth y Eric Besnard.
Christian Hecq es Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras, una distinción que otorga el Ministerio de Cultura francés.