Masescena

«Von Lustig»: Regresa el hombre que vendió la Torre Eiffel de la mano de Los Absurdos Teatro

Una imagen de escena de la obra

Los Absurdos Teatro regresan a la cartelera con su última creación, Von Lustig, el hombre que vendió la Torre Eiffel, una obra sobre el considerado mayor estafador del siglo XX: Victor Lustig
Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía son los componentes de Los Absurdos Teatro, una compañía que lleva casi 15 años de trayectoria creando trabajos llenos de calidad, comicidad y compromiso social
Natalia Hernández es la directora de esta divertida y original propuesta que reflexiona sobre el poder de las apariencias dentro de una sociedad en la que una buena máscara puede hacerte llegar allá donde te propongas
Von Lustig, obra candidata a los Premios Max 2024 en las categorías de Mejor Autoría Teatral, Mejor Actor y Mejor Diseño de Vestuario, podrá verse en el Teatro Lara todos los lunes del 17 de junio al 22 de julio

La propuesta que nos ofrecen Los Absurdos Teatro, Von Lustig, el hombre que vendió la Torre Eiffel, es la historia de un artista de este artificio. Un hombre que hizo de la estafa un arte, el arte de aparentar lo que no era para entrar en el círculo privilegiado de los grandes señores. No son sus robos y estafas lo que les sedujo para contar su historia, si no la manera de hacerlos. La manera de ‘hacerse’ a sí mismo a imagen y semejanza de lo que él sabía que le permitiría acceder a esa cúspide del sistema. Un camino que pasaba por hacerse lobo entre los lobos. 

Ser, tener y parecer

Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía, desde hace 15 años, son uno de los dúos artísticos con más complicidad encima de un escenario. Juntos conforman Los Absurdos Teatro, una compañía que ha conseguido crear un estilo propio muy reconocible, ofreciendo propuestas originales, ingeniosas y divertidas, pero también comprometidas con la realidad, porque Los Absurdos son un referente en las comedias con temática social, como bien hemos podido comprobar en trabajos como A protestar a la Gran Vía, Demasiado al este es el oeste o Gruyère.

En este último trabajo, Von Lustig, dan un paso más en ese estilo tan característico que poseen, poniendo de manifiesto que ‘La Absurda’ manera de hacer las cosas es simple y llanamente amor por el trabajo bien hecho y devoción por ofrecer teatro de calidad. Y así se lo han reconocido desde los Premios Max, siendo obra candidata a llevarse premios en tres categorías como son Mejor Autoría Teatral, Mejor Actor y Mejor Diseño de vestuario, o en distintos Festivales donde han obtenido el Premio Garnacha 2023 a Mejor Espectáculo y Mejor. Dirección, o en el Festival Nacional de Teatro Vegas Bajas 2022 donde Patricia Estremera obtuvo el Premio a Mejor Actriz.

En Von Lustig encontraremos una obra llena de humor, números musicales, una escenografía cuidada hasta el último detalle, un elegante vestuario hecho para ocasión que nos lleva directamente al París de los años 20, y un texto original en el que, tomando como excusa la figura de Victor Lustig, quieren hacernos reflexionar sobre las apariencias. Porque en esta sociedad en la que vivimos, la gente te trata según quien seas. Así es. En el trabajo, en la calle, en la cola de la pescadería. En todo. Aunque esta afirmación esconde un error. No es ‘según quien seas’ sino ‘según quien esos que te tratan creen que eres’. Ahí está la clave. El ser ha sido sustituido groseramente no ya por el tener, si no por el parecer. La imagen, la instantánea, la foto de Instagram es la auténtica realidad. Y con ese sucedáneo cada uno juega su partida ante quienes a nuestros ojos parecen tener cierto tamaño, independientemente de lo que midan. El mundo de la apariencia ha vencido al mundo real y hay quienes han sabido sacar provecho de esto. Por supuesto, hay que valer para hacerlo bien. Y Von Lustig era el mejor.

Al igual que Natalia Hernández es la mejor persona para dar forma a esta trepidante aventura en la que nos quieren sumergir Los Absurdos. La reconocida y premiada actriz y directora es la encargada de dirigir a esta ‘troupe’ de artistas que prometen engañarnos en cada función. Habrá que estar muy atentos para que la banda de Von Lustig no nos desplume cada noche en el Teatro Lara.

Imagen de una escena de la producción

Sinopsis

Primavera de 1925. En una suite del hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la torre Eiffel!

El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri, Estados Unidos. El oficial de turno, al llegar el momento de rellenar el certificado de defunción, lo define para la posteridad como: ‘aprendiz de vendedor’.

Su nombre es Victor Lustig. Su alias más conocido, conde Von Lustig: ¡el mayor estafador del siglo!

Kikí, una meretriz ingeniosa, embaucadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París nos da la bienvenida y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Victor en un carrusel vital tan increíble como cierto… O tal vez no.

Todo ello contado, como una especie de embudo vital, para desembocar en el gran golpe que le haría pasar a la posteridad. París. Victor lee un periódico ¡Eureka! Lustig ha visto la oportunidad, solo le queda diseñar el anzuelo: elegir bien la víctima, el engaño y el momento…

LA BANDA DE LUSTIG
Dramaturgia: Alfonso Mendiguchía
Dirección: Natalia Hernández
Elenco: Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía
Diseño de iluminación: Víctor Mones y Suh-Güein
Diseño de vestuario: Reme Gómez
Diseño de escenografía: Natalia Hernández y Víctor Mones
Coreografía: Ricardo Santana
Realización de escenografía: Readest
Cartelería e identidad visual: Javier Díez
Producción: Los Absurdos Teatro y Teatro Liceo Salamanca

Identidad propia

Los Absurdos Teatro nacen hace ya 15 años con apenas nada. Ni ropa, siquiera. Con Desnudo, nadie es perfecto inician un viaje incierto en busca de una voz propia, una voz que les diferenciara y definiera y que se ha ido materializando en ‘el sello Absurdo’. Montajes ágiles con puestas en escena limpias y precisas que sustentan textos propios que dibujan su propio universo. Un universo teñido de humor sobre un fondo muy serio, que les lleva a tocar, siempre con y desde la ironía, algunos de los temas que más les preocupan y ocupan: la estupidez, la injusticia, la incongruencia, la sinrazón… el absurdo de este mundo que va a trompicones y codazos, pero que a pesar de todo es apasionante. Aman la palabra, tanto en su forma como en su fondo. Una palabra que cuidan y miman jugando con ella en conversaciones rapidísimas que se entrecruzan con los pensamientos del mismo modo que en la propia vida, sin pedir permiso. De igual modo que hacen cruzar en los libretos la prosa y el verso, con un simple cambio de renglón. Con la misma facilidad que hacen aparecer y desaparecer la cuarta pared, con un simple guiño. Su reto es mostrar dramas sin caer en dramatismos; plantear dudas sin imponer soluciones; sacar sonrisas sin buscarlas.

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