Rotundamente si. Claro que ha merecido la pena. Ha merecido la pena que nos mostrara otros mundos, que nos enseñara la belleza del teatro, y se rodeara de grandes artistas que supieron canalizar las ideas de un Marsillach que, como han descrito los que lo conocieron y han estudiado su obra, revolucionó la profesión. Pero no sólo la revolucionó, tuvo el don de conocerla, respetarla y engrandecer el oficio con sus aportaciones. ...