Según estudios sobre la obra de Shakespeare, La comedia de los errores es la obra de teatro más corta del escritor inglés. El autor se basó en una obra del famoso comediógrafo latino Plauto, titulada Los gemelos, y consiguió llevar a escena un clásico del enredo y el equívoco. Pero en esta ocasión Andrés Lima la dota de todos los elementos para que el enredo, la carcajada y la acción dure algo menos de dos horas.
Estamos en Éfeso, una localidad de Asia Menor, en la actual Turquía. Egeon y Emilia tuvieron gemelos, y ese mismo día Egeon compró otros dos gemelos recién nacidos a una familia humilde para que cada uno de sus hijos tuviese un sirviente. En un viaje, un naufragio los separa, y desde entonces Egeon permanece con uno de sus hijos y uno de los futuros criados, por un lado, y Emilia con los otros dos. El resto de la familia terminará en Éfeso. Después de varios años sin contacto, Antífolo y Dromio de Siracusa deciden salir a recorrer el mundo en busca de su hermano Antífolo y de su madre Emilia, y entre los muchos lugares que visitan, llegan a Éfeso. Poco después de que desembarcan, comienzan a ser confundidos con Antífolo y Dromio de Éfeso tanto por la población de la ciudad como por su mujer y cuñada e incluso entre ellos mismos cuando coinciden un Antífolo de una ciudad con un Dromio de la otra. El enredo está servido.
Para esta ocasión el director de la obra, Andrés Lima, quien estrenara la función en la pasada edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, cuenta en su reparto con seis actores masculinos, los cuales interpretan, también, y bajo lo grotesco, los personajes femeninos. Seis actores, músicos, bailarines, que son capaces de meterse al público en el bolsillo desde la genialidad del texto y el gesto. Pepón Nieto encabeza el reparto que componen otros actores como Antonio Pagudo, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido. Imposible poder destacar a alguno. En su conjunto forman el engranaje perfecto que da vida a este particular y entretenido enredo. Todo se enredará más y más, error sobre error, hasta la aparición de una Madre Abadesa que ni es monja ni es virgen. Entonces es cuando el desastre se convierte en una fiesta, según palabras del propio director.
Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro
La producción ha llegado a Almagro después de una exitosa gira que a finales del mes de agosto recalará de nuevo en Madrid, en el Teatro La Latina, y que a buen seguro volverá a ser un nuevo éxito de crítica y público.
La versión del espectáculo ha corrido a cargo de Albert Boronat, quien ha sabido imprimir un gran dinamismo y agilidad a los parlamentos, dotándolos de actualidad. Beatriz San Juan firma una escenografía compuesta por una plataforma cuadrada cubierta por cortinas de color blanco que dan el juego necesario a los actores para las distintas escenas de la obra. Destacar el vestuario de Paola Torres inspirado en la indumentaria tradicional griega, en tonos blancos y azules. Igual sucede en el caso de los personajes femeninos interpretados por hombres, que utilizan la indumentaria tradicional de las mujeres griegas con alguna fantasía en su confección. El equipo artístico lo finaliza un acertado diseño de iluminación que va a favor de la comicidad del espectáculo, y un espacio sonoro creado por Sergio Sánchez Bou, que consigue alzar al público en numerosas ocasiones con ritmos actuales y música seleccionada para lograr en el espectador ese ‘subidón’ de alegría, invitando a tocar palmas en los aplausos finales, y obligando a los intérpretes a salir a saludar en repetidas ocasiones.
Sin duda un acierto en la programación del festival, y que pudo verse durante dos tardes en la Antigua Universidad Renacentista de Almagro, un espacio completamente refrigerado que dio tregua a los asistentes a las altas temperaturas soportadas en la ciudad encajera...