Como afirmaba la inolvidable cantante cubana La Lupe, "La vida es puro teatro". En esta travesía efímera que es la existencia, todos nosotros somos actores, interpretando roles complejos en un guion que a menudo nos desafía hasta nuestros límites. En esta danza caótica entre la realidad y la ilusión somos los protagonistas de nuestras propias historias, enfrentando dilemas, amores y tragedias con una pasión digna de las mejores obras teatrales. La vida, como el teatro, nos lleva por caminos impredecibles, donde los personajes pueden enloquecer, reír, llorar y amar con una intensidad que nos recuerda que, en última instancia, somos marionetas de nuestras propias emociones y sueños. Es en este telón de fondo filosófico que se desenvuelve la obra representada en el Teatro Pavón, una pieza teatral que captura la esencia misma de nuestra existencia, explorando las profundidades de la psique y desentrañando las complejidades de la condición humana....