Rey Lear, el Shakespeare más humanista, llega a Madrid de la mano de Atalaya
Este montaje de la compañía Atalaya, Premio Nacional 2008, suma 12 premios en 12 meses
Los coros, cada vez más presentes en Atalaya, alcanzan aquí una potencia estremecedora y acompañan a los cambios escénicos que se realizan a la vista
La versión que Atalaya nos presenta en este teatro del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid potencia la búsqueda de la condición humana desnuda que subyace en el texto, despojando al individuo de todo lo superfluo, conectando con la esencia de la Naturaleza y buscando la empatía hacia el resto de la Humanidad. Considerada por muchos la obra suprema de Shakespeare y también la más humanista, se corresponde a su época más madura que durante siglos estuvo censurada o muy edulcorada a causa de su tremendo final y su feroz crítica. Se basa en una leyenda a la que dio forma Godofredo de Monmouth, quien hiciera lo propio con la del Rey Arturo. En esta obra, Shakespeare establece un paralelismo entre el desorden y caos que acontece a tres niveles: la naturaleza, la sociedad y las personas. El eclipse y la tempestad enfurecida se desencadenan tras la ruptura del estatus quo social y acarrean locura, destrucción y/o muerte entre la mayor parte de los protagonistas.
Shakespeare se nos aparece como poniendo en boca de varios personajes textos que podrían ser actuales, pero con una calidad literaria como jamás se haya escrito. Sin embargo, no es sólo la crítica social lo que la hace tan moderna sino la visión del individuo en el universo, que nos llega a anticipar a Becket y Artaud; “la crueldad que emerge en la obra nos recuerda lo grotesco de nuestra existencia” (Jan Kott).
Destaca en este montaje la interpretación coral que ha ido ganando en importancia en los montajes de Atalaya. Los actores están presentes a lo largo de todo el espectáculo, incorporándose a los nueve personajes principales otros secundarios además de coros de soldados y desharrapados. Los actores transforman ante el público el espacio escénico en múltiples ocasiones –tal como requiere la obra-, apoyándose en una trepidante coreografía y en más de una decena de vibrantes cánticos interpretados en vivo.
Para su director, Ricardo Iniesta, en la dramaturgia, al contrario que en otras puestas en escena del texto, no se ponen en primer término los conflictos familiares sino la búsqueda de la condición humana desnuda, despojando al individuo de todo lo superfluo, conectando con la esencia de la Naturaleza y buscando la empatía hacia el resto de la Humanidad. La dramaturgia resaltará el desastre que supone para el mundo en que vivimos la ambición desmedida, el apego a lo material y a las apariencias, la ausencia de empatía y el individualismo. Al tiempo se enfatiza la enorme capacidad de transformación que posee el ser humano cuando conecta con lo más profundo de su esencia y con la Naturaleza misma. La idea del caos que sobreviene en la obra por la ambición de poder que no repara en medios, representa el epicentro de la misma. El caos como desasosiego y laberinto de atroces calamidades… como desorden cósmico. Kurosawa, el gran cineasta japonés, realizó una célebre versión libre bajo el título Ran, que en japonés quiere decir “Caos”, una de las películas referenciales del cine japonés. La clave de “desorden cósmico” le imprime una tremenda modernidad a esta obra cumbre de Shakespeare.
Sobre Atalaya
Atalaya ha conseguido crear un estilo propio que se basa en la energía del actor, tanto a través del cuerpo como de la voz, la lectura contemporánea de los grandes textos universales, la fuerza expresionista de las imágenes y el tratamiento poético del espacio, la música y los objetos. La continuidad de su equipo estable permite largos procesos de investigación para cada montaje.
En 2020 cumple 37 años, en los cuales se ha convertido en uno de los referentes más sólidos del teatro español. Se ha presentado en más de 170 festivales nacionales e internacionales en 40 países de los seis continentes y ha recibido casi de 70 galardones entre los que destaca el Premio Nacional de Teatro en 2008. En dicho año puso en marcha el Centro Internacional de Investigación Teatral TNT, que cuenta con el mayor teatro privado de Andalucía y un laboratorio-escuela permanente. Asiduamente viene tomando parte en proyectos culturales de la Unión Europea.
Rey Lear es el montaje más galardonado de Atalaya. En poco más de un año ha recibido 12 premios y fue el más nominado a los Premios Max en la edición de 2019. La crítica lo considera el Everest de la trayectoria de Atalaya.