Se materializa de esta manera el empeño que por esta causa inició hace ya ocho años Daniel Bianco (desde que se hiciera cargo de la dirección del Teatro de la Zarzuela no ha cejado en su lucha por esta causa “justa y necesaria”), con la asesoría del ilustre e histórico musicólogo Emilio Casares y de expertos de diversas disciplinas, y con el apoyo indispensable del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), que ha jugado un papel definitivo para activar el proceso.
El argumento que lleva al Ministerio a iniciar el expediente, resalta que el género de la Zarzuela es “una manifestación dinámica y viva, capaz de integrar en él todo tipo de modas, usos y costumbres del teatro y la sociedad”. Y prosigue destacando que debido a esta naturaleza dinámica, a su destacada historia y al papel relevante que las «obras clásicas» siguen manteniendo, “la Zarzuela es una manifestación que conecta el pasado con el presente”.
Además de todo ello, destaca que se trata de un género lírico de origen español en constante evolución y “único por la retroalimentación que se produce entre sus autores y la música popular y tradicional en la que se inspiran, y cuyo resultado la sociedad apropia como seña de identidad, trascendiendo lo puramente musical”. La Zarzuela se convierte de esta manera, prosigue la exposición de motivos, en un género que, pese a tener un origen culto, “mantiene una relación de ida y vuelta con la sociedad”.
El hecho de que la declaración del género de la Zarzuela como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de España pueda «contribuir a su consideración social y el interés del público general y a su salvaguarda», ha tenido asimismo un peso decisivo para que el Ministerio de Cultura y Deporte haya resuelto incoar el expediente.