Vinculados profesionalmente desde hace más de un decenio, cuando la soprano conquistó en 2010 el certamen Operalia auspiciado por Domingo, ambos artistas afrontaban un repertorio compuesto por obras que conocen a la perfección, incluyendo piezas que iban a abordar por primera vez en este escenario, lo cual no hacía sino añadir interés a la cita. El trabajo de la Orquesta Titular del Teatro Real dirigida por Jordi Bernàcer –que tras el alzado de telón puso en marcha el espectáculo con la sinfonía de “La forza del destino”, de Giuseppe Verdi– era otro elemento de garantía en este sumatorio de excelencia.
La aparición en escena de Plácido Domingo –con el público en pie aplaudiendo durante tres minutos– puso un nudo en la garganta del madrileño, que llevaba tres años sin cantar aquí. Impulsado por el cariño de la audiencia, comenzó su actuación con “Nemico della Patria”, monólogo del tercer acto de la ópera “Andrea Chénier”, de Umberto Giordano. Salvo esta, el primer tramo del concierto incluyó partituras de Verdi. Tanto él como Yoncheva se repartieron el protagonismo turnándose frente a la atenta platea. La cantante búlgara no tardó en mostrar su poderío con “Pace! Pace, mio Dio!”. Y Domingo brilló, todo contención y matices, gracias a una sensacional interpretación de “Perfidi… Pietà, rispetto, amore…”, de “Macbeth”. Para terminar, acometieron a dúo “Madamigella Valery”, de “La Traviata”, en la que establecieron un diálogo escénico que dejó sin aliento a los asistentes.
La segunda parte ampliaba la nómina autoral con piezas de los compositores franceses Jules Massenet y Ambroise Thomas. En esta ocasión fue Yoncheva la primera en pisar tarima, incrementando la carga dramática del aria “Pleurez pleurez mes yeux”, de “Le Cid”. Luego Plácido Domingo tomó el relevo con “O vin, dissipe la tristesse”, del “Hamlet” de Ambroise Thomas, imprimiendo brío y profundidad con su barítono a una pieza breve pero de gran riqueza. La delicada ejecución de “Meditation” –“Thaïs”, de Massenet– por parte de la orquesta fue otro momento para recordar, con las cuerdas multiplicando las propiedades del emocionante pentagrama con toda la sutileza que cabe imaginar. Además, encarriló el espectáculo hacia un gran final, con los dos cantantes otra vez juntos en escena para bordar “Ciel! Mio padre”, de “Aida”. Nueva ovación atronadora para la pareja, que regaló una tanda de bises centrada en zarzuela y ópera española: Yoncheva a solas con “Petenera”, de “La Marchenera”; Domingo y “Amor, vida de mi vida”, de “Maravilla”; los dos juntos para cerrar el programa con “Me llamabas, Rafaeliyo”, de “El gato montés”. Huelga decir que la noche terminó como se esperaba, en completa apoteosis.
Tras este cuarto concierto, Universal Music Festival 2022, la experiencia musical de Madrid, continúa durante las próximas semanas con los conciertos de ZAZ (24 julio), Anna Netrebko & Yusif Eyvazov (25 julio), Iggy Pop (26 julio), la ópera Hadrian (27 julio), Pablo López (28 julio), Hombres G (29 julio) y el Homenaje a Paco de Lucía (30 julio).