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‘Juan José’, la sobrecogedora ópera de Sorozábal, regresa al Teatro de la Zarzuela con el montaje conmovedor de José Carlos Plaza

Imagen de una ensayo de "Juan José"

Imagen de una ensayo de "Juan José"

La dirección musical vuelve a ser del Maestro Miguel Ángel Gómez-Martínez, a quien el propio compositor en su día había elegido para el estreno
Los repartos cuentan con algunas de las voces que triunfan en la lírica internacional; los componen, entre otros, Juan Jesús Rodríguez, Saioa Hernández, Luis Cansino, Carmen Solís, Vanessa Goikoetxea, María Luisa Corbacho, Alejandro del Cerro, Simón Orfila, Alba Chantar, Belem Rodríguez Mora o Francesco Pio Galasso
La escenografía y la iluminación es de Paco Leal, el vestuario de Pedro Moreno, las pinturas de Enrique Marty, el movimiento escénico de Denise Perdikidis y la dirección de la reposición de Jorge Torres

La historia de ‘Juan José’ transcurre en los barrios bajos de ese Madrid de antaño, un mundo dominado por una injusticia social extrema que divide a la gente entre los que tienen y los carentes de lo imprescindible, y donde a causa del analfabetismo y la incultura afloraban las miserias humanas, los rencores, los miedos, las traiciones y desconfianzas, la violencia más extrema e irracional, repitiéndose todo de padres a hijos en una espiral sin fin.

 

Gran valor musical y dramático

Es el escenario de estas artes negras el Madrid de las recónditas tabernas de olor amargo y personajes marginales que ya afloraban tres décadas antes en la ópera ‘Adiós a la bohemia’ (1933) del propio Sorozábal y con libreto de Pío Baroja. Ambas obras resultan claras transmisoras de un profundo pesimismo vital, lejos de cualquier romanticismo popular y próximas las dos (mucho) a un naturalismo sencillo; como si de una auténtica crónica de bajos fondos se tratara.

La historia sombría y visceral de ‘Juan José’ va unida en este caso al lenguaje musical moderno con el que Sorozábal edificó la obra; una partitura personal, densa, evasora de lo fácil, fieramente contemporánea hasta concebir un discurso teatral continuo donde el compositor logra dar una vuelta de tuerca a su música y de paso al género.

Y para que esto surta el efecto que en su día deseó Sorozábal, vuelve a hacerse cargo de la dirección musical el Maestro Miguel Ángel Gómez-Martínez, quien considera ‘Juan José’ una obra de “grandísimo valor musical y dramático”, a quien en su día, allá por los últimos años setenta del pasado siglo, fue el propio músico quien lo eligió personalmente para que asumiera la responsabilidad de ponerse al frente de la orquesta después de verle y escucharle dirigir ‘Un ballo in maschera” de Verdi en Berlín. Diferentes vicisitudes hicieron que la obra no pudiera estrenarse entonces, pero al cabo de los años (casi cincuenta) pudo sonar finalmente en el teatro tal y como el propio Sorozábal había querido: con Gómez-Martínez en el foso. Y volverá a hacerlo este mes de abril de nuevo en el Teatro de la Zarzuela con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, Titular de este recinto.

 

En el núcleo de la miseria

En esta producción, el director de escena José Carlos Plaza, muy de acuerdo con la historia que concibió Dicenta y recogió Sorozábal muchas décadas después, nos sumerge en el núcleo mismo de la miseria y el analfabetismo. Asegura Plaza que al haberles impedido el acceso al conocimiento, estas personas “son incapaces de discernir o reflexionar sobre lo que les pasa y sus causas, y eso les ha convertido en bestias”. Y añade que “como los animales, sólo sienten sensaciones primarias: dolor, hambre, frío, enfermedades, agresividad, odio… Los conceptos «moral» o «ética» han dejado de tener sentido alguno”.

El montaje cuenta con dos repartos de voces que el público aficionado siempre quiere escuchar, algunas de las cuales triunfan en los teatros más reconocidos del mundo. Así, los papeles principales estarán interpretados por los barítonos  Juan Jesús Rodríguez y Luis Cansino, las sopranos Saioa Hernández y Carmen Solís, o Vanessa Goikoetxea y Alba Chantar, las mezzosopranos María Luisa Corbacho y Belem Rodríguez Mora, el tenor Alejandro del Cerro, el bajo Simón Orfila o el también tenor Francesco Pio Galasso, entre otros.

A través de los elementos siniestros que conforman el decorado de Paco Leal, iluminado por él mismo, se combinan la realidad y el sueño en un mismo espacio, de tal manera que a la postre todo resulta violento y grotesco. Y ahí, en lo más profundo de lo que somos, aparecen las bestias en las que (¡quién lo hubiera dicho!) llegamos a transformarnos. Esta oscuridad a la que todos estamos expuestos y que Plaza nos revela, es pues, y aunque nos pese, un retrato vivo de la realidad. Un entorno “desgraciadamente no muy lejano”.

Para conseguir este efecto sórdido y lúgubre necesario para la credibilidad de puesta en escena, es también crucial el asombroso trabajo que el maestro de maestros Pedro Moreno realiza con el vestuario —para cuya confección y acabado ha contado con la colaboración de varios talleres especializados—, las pinturas desasosegadoras de Enrique Marty que forman parte misma de la escena, y el muy estudiado movimiento escénico trazado por Denise Perdikidis, que llenan la escena de una realidad asfixiante. La dirección de la reposición corre a cargo de Jorge Torres, brillante colaborador habitual de Plaza. Al reparto principal se unirán asimismo un cuerpo de baile de ocho bailarines y ocho actores figurantes.

 

Materiales audiovisuales

Entre otros materiales, el Teatro de la Zarzuela, a través de su canal de YouTube, ha puesto ya a disposición de público y aficionados la conferencia de la catedrática Ana Freire.

Asimismo, en breve estará disponible una nueva entrega de ‘Viaje por la zarzuela’, el capítulo 37 de la serie, en el que Saioa Hernández y Juan Jesús Rodríguez nos hablarán de lo que supone enfrentarse a una obra como esta e interpretarán alguno de sus números musicales.

 

 

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